Tú no eres una madre como las demás (Periferia & Errata Naturae en castellano y La Campana en catalán), de Angelika Schrobsdorff, ha llegado a las librerías, en catalán, con mucha fuerza. Se trata de la reconstrucción de la vida de la madre de la autora, una judía alemana que, durante los años veinte, se liberó de todas las convenciones y vivió una vida de continúa fiesta: tuvo tres hijas con tres hombres diferentes y coleccionó a los amantes. El desenfreno se acabó abruptamente con la llegada de Hitler al poder. El libro, mediante los recuerdos de la autora y de los conocidos de su madre, así como de la correspondencia conservada, trata de elaborar un retrato que nos muestra la vida y los secretos de esta alemana singular. Una mujer que se avanzó a su época y que acabaría siendo víctima de los odios de su tiempo.
Una mujer atípica
Else, la madre de Angelika, no sólo era una madre atípica. También era una mujer atípica, especialmente en la época que le tocó vivir. Podríamos decir que fue una hippy antes de los hippies. Nacida en una familia judía burguesa, se rebeló contra sus padres y se fugó con un artista cristiano para casarse. Perdió todos los privilegios por seguir los dictados de su corazón. Estaba muy enamorada, pero cuando su pareja la decepcionó, ella se buscó a otros amantes. No parece que le costara mucho: fascinaba a los hombres. Muchos la acosaban, e incluso cuando los engañaba y se burlaba de ellos, ellos seguían adorándola. Acabaría teniendo tres hijos, de tres hombres que había amado. Su vida, cuando era jovencita, estuvo marcada por la buena vida: una gran casa, fiestas continuas, viajes, amistades poderosas, vehículos... Una historia que en algún momento tenía que acabar, pero que en su caso acabó de forma abrupta. Esta mujer que escapaba de su judeidad acabó siendo capturada por un destino trágico: al llegar el nazismo ella pasó a ser considerada judía, y la persecución alcanzó también a sus padres y a sus hijos.
Angelika sin Angelika
Una de las virtudes de Tú no eres una madre como las otras es que la autora, a pesar de la admiración que siente por su madre, es capaz de distanciarse de las situaciones vividas y analizarlas con perspectiva. En realidad, en algunos momentos escribe en primera persona, pero en otros llega a hablar en tercera; se refiere a sí misma como "Angelika", como si hablas de otra chica. Es sintomático de que la autora no publicara este libro hasta 1992, cuando ella ya tenía 65 años, y cuando ya hacía décadas que había muerto su madre. No es un libro escrito desde el arrebato, sino desde una reflexión larga, muy meditada, muy mesurada. Angelika, es capaz de dar una visión muy poliédrica del Else: aunque se reconoce encantada por su madre, este libro está lejos de la hagiografía. La protagonista es un personaje bien complejo, y las anécdotas sobre su vida ayudan a construir su vida y su pensamiento. Ni siquiera el papel de la propia autora se ha simplificado: Angelika llega a retratarse como una chica caprichosa, intolerante, inconsciente...
Los vecinos de los nazis
De forma tangencial, el libro nos presenta el mundo donde aparece el nazismo. Un mundo en que las élites se mantenían al margen de todos los problemas políticas y sociales. Una Alemania en que el avance del autoritarismo parecía preocupar más bien poco a unos ciudadanos cultos y progresistas que insistían en mirar hacia otra lado mientras sus vecinos se ponían las camisas marrones y empezaban a practicar el paso de la oca. El flirteo, las excursiones, las fiestas y el glamour tapaban los rumores bélicos y la inconsciencia se convirtió un ejercicio cotidiano de los que no querían ver de ninguna manera en aquello que se avecinaba (algunos, según la autora, ni siquiera se dieron cuenta de ello cuando ya había pasado).
La condición humana
Tú no eres una madre como las demás es mucho más que una simple biografia de una mujer excepcional. Se trata de una reflexión sobre la libertad y el compromiso, y sobre las relaciones contradictorias entre una y otro. Si Else fascina es justamente por su abandono de todas las limitaciones sociales, por su alocada libertad, por su dejarse llevar... Es decir, por su salvaje individualismo. Pero Angelika es arrastrada a vivir de la solidaridad y en su edad adulta, lejos del esplendor de su juventud, se cuestiona todos los valores pasados. Pero la historia que nos presenta Angelika Schrobsdorff es todavía es más rica y compleja, porque la misma autora, Angelika, educada en los valores de la madre en su juventud, acaba reproduciendo la actitud de la joven Else. Y, de hecho, este libro es una especie de acto de contrición de Angelika, en plena vejez, por los pecados de su juventud.
El pasado que nos revisita
Tú no eres una madre como las demás es un libro de bien difícil clasificación. Algunos podrían considerarlo una biografía, pero lo cierto es que se lee como una novela. Como una excelente novela. Angelika transmite la fascinación por su madre, y consigue transmitir al lector todo el encanto y el gozo de vivir del Else. Y después es capaz de plasmar el hundimiento de Else y de su vida, paso a paso, día a día. La obra de Schrobsdorff cautiva en el lector, porque es la historia de un continente, de un país y de un grupo étnico, resumida en la historia de una mujer muy especial. Una lectura realmente mágica: un auténtico regalo que nos reconcilia con el placer de leer.