La decisión de las juntas de tratamiento de las prisiones de vetar la salida de los líderes independentistas encarcelados para seguir el confinamiento en sus casas ha provocado decepción e irritación entre los presos políticos, que han visto como a otros presos que, como ellos, tienen permiso para salir a trabajar o hacer voluntariado en virtud del artículo 100.2 del reglamento penitenciario sí se les ha aceptado la salida.

La consellera Dolors Bassa, a quien se le concedió acogerse al 100.2 para cuidar de la madre, pensaba el martes de que obtendría esta autorización. Precisamente este domingo, su hermana, la diputada Montse Bassa fue ingresada por coronavirus.

Fuentes próximas aseguran a ElNacional.cat que "el martes por la mañana firmó el papel con la trabajadora social, eso tenía que ir a la junta de tratamiento del miércoles". Pero la noche del martes se hizo pública la nota del Tribunal Supremo advirtiendo a las juntas de las prisiones y a los responsables de los centros que en caso de que se dejara salir a los presos del procés se dirigirían a ellos para que explicaran el fundamento jurídico de la decisión para la exigir responsabilidades ante un posible delito de prevaricación.

La junta se suspendió y se dieron 24 horas más, según este relato. Finalmente, este jueves por la mañana se ha reunido y "se decide que no salen". "Cree que alguien se asustó", concluye esta fuente próxima a la consellera que no esconde la decepció e irritación de Bassa.