Israel ha decidido reabrir su consulado en Barcelona, después de 19 años sin representación diplomática. La reapertura estaba prevista desde el mes de enero, pero se retrasó por la falta de los permisos diplomáticos que tenía que dar el Gobierno español.
El hecho de que el ejecutivo de Mariano Rajoy estuviera en funciones durante 315 días retrasó sin duda las conversaciones, porque no se podía firmar la autorización, pero a ello también se le añadieron indicios en el sentido de que el hasta hace poco ministro de Asuntos exteriores, José Manuel García Margallo, quería frenar la presencia de diplomáticos en Catalunya en pleno proceso soberanista. Israel está considerado en medios del Govern, uno de los países que podría reconocer la independencia llegado el caso.
El nuevo consulado tendrá hoy por hoy un carácter honorario, que representa un nivel diplomático inferior al de consulado regular, y una ausencia de inmunidad diplomática. Pero sin embargo, la apertura representa un primer paso de establecer relaciones diplomáticas en la ciudad, como tienen los principales países. Barcelona es la quinta ciudad del mundo -no capital de Estado- con más consulados, a causa de su peso económico y su situación geopolítica, después de Hong Kong, Nueva York, Los Angeles y Hamburgo.
El nuevo cónsul de Israel es el abogado José Antonio Sánchez Molina, miembro de la Comunidad Israelita de Barcelona. Desde el mes de enero ya ha participado en varios actos a la capital catalana como virtual nuevo cónsul.
Israel ya abrió un consulado honorario en Barcelona en 1994, ocho años después de que el Estado español estableciera relaciones diplomáticas con Israel. El cónsul fue David Melul Benarroch, hasta que cesó el año 1997. Desde entonces no existía consulado israelí en Barcelona.
La presencia diplomática israelí en Barcelona era una reivindicación de hace años de la Generalitat y de sectores empresariales, por la creciente presencia de turismo israelí en Catalunya y por el incremento de los intercambios comerciales. En la recuperación del consulado ha tenido un peso determinante el actual embajador israelí, Daniel Kutner, que accedió al cargo en 2015.