El expresident de la Generalitat Jordi Pujol también votó en el referéndum de autodeterminación del domingo 1 de octubre, como muestra la imagen ha tenido acceso El Nacional. Pujol depositó la papeleta en el colegio electoral de la calle Copèrnic de Barcelona donde habitualmente participa en los procesos electorales, muy cerca de su domicilio, en la ronda General Mitre.
Pujol llegó al centro de votación a las cinco de la tarde acompañado de su esposa, Marta Ferrusola, y uno de sus hijos, Oriol, -en la imagen-, que también ejercieron su derecho al voto en el mismo colegio. El expresident, de 87 años, y visiblemente satisfecho de poder participar en la histórica jornada, no tuvo problemas para votar en un día en que la represión policial impidió hacerlo a mucha gente.
El expresident catalán había participado a partir del 2012 en las grandes manifestaciones del proceso soberanista pero se alejó de la vida pública después de que el 25 de julio del 2014 confesara que su familia había tenido una fortuna en el extranjero sin declarar a la hacienda española.
Desde aquel momento, y consciente de que las acusaciones y el procedimiento judicial abierto contra él y su familia han sido utilizadas por los adversarios políticos del procés en el marco de la llamada Operación Catalunya, quien fue president de la Generalitat durante 23 años se ha limitado a expresar sus opiniones sobre la situación del país en reuniones privadas y a través de los escritos que de manera regular publica en el boletín electrónico de la AssociacióServiol. La participación de Pujol en el 1-O culmina una evolución política hacia posiciones independentistas.
Pujol, que en la etapa como president siempre se había mostrado muy prudente sobre la independencia, empezó a acercarse a esta opción después de la sentencia del Tribunal Constitucional del 2010 que fulminó el Estatut del 2006. El expresident consideró rotos los puentes con España en un editorial publicado el 25 de enero del 2011 en que contemplaba por primera vez la independencia de Catalunya como alternativa a la "asfixia" a la que el Estado sometía al país en distintos órdenes, y que recogió en el libro Residuals o independents? Quan es trenquen els ponts. El 30 de marzo del mismo año reconoció en una conferencia que ya no tenía argumentos para rebatir la opción independentista.