El Gobierno español ha ido saltando de la Operación Diálogo a la Operación Sant Jordi pasando por la Operación Catalunya y la Operación Precinto, entre muchos intentos de establecer vínculos con Catalunya y otros para frenar el procés, a la vez que se enroca a la hora de hablar sobre el referéndum.
La Operación Sant Jordi promulgada por la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, ha encendido un nuevo fuego en el Parlament, esta vez entre el vicepresident del Govern, Oriol Junqueras, y la diputada del PP Andrea Levy, que se han enganchado, por la supuesta "politización" -o no- de la festividad de Sant Jordi.
La cosa ha empezado calmada, pero ya se entreveía un cierto aire de animadversión entre ellos. Levy se ha limitado a preguntar al también conseller de Economía "cómo valora la colaboración institucional de la candidatura de la fiesta de Sant Jordi como patrimonio inmaterial de la Unesco". Una pregunta que ya apuntaba a maneras y que ha acabado dando lugar a una lluvia de reproches, sobre todo por parte de la diputada popular.
Junqueras, visiblemente tranquilo, se ha ceñido a responderle que "siempre valoramos positivamente cualquier colaboración" y lo ha emplazado a no tener "la tentación de atribuirse un mérito o colgarse una medalla que no le corresponde" porque si Sant Jordi ha llegado tanto lejos, ha subrayado, "es por mérito de la gente y fruto de su esfuerzo", y ha acabado preguntándole, sutilmente, si "no caerá en la tentación de politizar la fiesta de la gente, ¿verdad?".
El Titánic y la fiesta
Levy, aparentemente molesta y deseándole con ironía "que espero que le regalaran muchos libros", ha echado en cara al vicepresident que "son peor que la historia del Titánic" y lo ha justificado bajo el argumento que "mucha fiesta, pero al final su acción exterior es el hundimiento", no sólo para querer salir adelante con el referéndum, sino también para "quererse apropiarse de la identidad catalana y quieren apropiarse de Sant Jordi como una fiesta independentista como ya han hecho con la Diada".
Y es que ante la respuesta de Junqueras, ha aprovechado para empezar a discutir sobre el procés y el "decreto absolutamente ilegal" del referéndum y le ha reprochado que en el Govern "los molesta la colaboración", así como que "lo mejor de todo es que ustedes no cambian el guión de sus intervenciones: les molesta cuándo no los ayuda y los molesta cuándo los ayuda, les molesta que tengamos objetivos comunes y que trabajemos conjuntamente".
Precisamente por eso, lo ha instado a hacerle caso porque, ha puesto de relieve, "eso no va ser equilibrista, va ser equilibrado [...], eso va hacer el ridículo" y lo ha emplazado a no hacerlo porque, de momento, considera que "ya lo están demostrando a nivel internacional".
Eje de irritación
Junqueras, mucho más calmado a simple vista que Levy, le ha dicho con tono sarcástico que "gracias por el tono siempre ponderado de sus intervenciones", para después aclarar que "me ha parecido encontrar un cierto eje de irritación que no entiendo porque la respuesta que le he dado era muy positiva", refiriéndose a que él sólo se ha limitado a decir que si la festividad de Sant Jordi puede acabar siendo patrimonio inmaterial de la Unesco es por el esfuerzo de la gente.
"Me ha sorprendido su habilidad para mezclarlo todo, si le acabo de explicar que Sant Jordi es la fiesta de la gente precisamente," le ha recordado al vicepresident, y ha insistido en qué, desde el Govern, "valoramos muy positivamente todo tipo de colaboración".
Una colaboración que, por otra parte, considera "natural", motivo por el cual se ha cuestionado que "cómo es que usted destaca una cosa que tendría que hacer de natural", así como si eso "no lo avalaría cualquier gobierno del mundo". "En Catalunya hemos tenido la suerte, la habilidad y la capacidad de convertirlo en una fiesta extraordinaria que todo el mundo reconoce y estamos muy contentos con que ustedes también sientan y compartan este patrón de la Generalitat de Catalunya", ha concluido Junqueras.