El conseller de Interior, Joaquim Forn, nombrará a Pere Soler i Campins como nuevo director general de la Policía, según ha podido saber El Nacional de fuentes del Departament d'Interior. Soler sustituirá a Albert Batlle que esta mañana ha renunciado al cargo alegando "motivos políticos".
El relevo al frente de la Policía era una de las carpetas más urgentes que tenía encima de la mesa el ejecutivo renovado de Carles Puigdemont, a raíz de las reticencias que había expuesto públicamente y en repetidas ocasiones Batlle en relación al referéndum y el papel que tendrían que asumir los Mossos.
A partir de aquí, las decisiones no se han hecho esperar. Después de que el viernes Forn tomó posesión, esta mañana Batlle ha anunciado su dimisión y el nombramiento será aprobado mañana en el Consell Executiu.
El nuevo director de la Policía nació en Terrassa en 1967 y es abogado. Entre el año 2013 y el 2016, ocupó la Direcció General de Serveis Penitenciaris, com Germà Gordó como conseller de Justícia i en substitución de Xavier Martorell, que tuvo que dimitir a raíz del asunto de espionaje de Método 3.
Cuando asumió esta responsabilidad en el Govern, Soler provenía de la política municipal, como concejal de CiU en el Ayuntamiento de Terrassa, por lo cual se le considera próximo al conseller Josep Rull.
El suyo ha sido, por lo tanto, un recorrido político curiosamente similar al de Batlle que también provenía de la política municipal, en su caso de Barcelona, hasta que entró en el Govern asumiendo la responsabilidad de Serveis Penitenciaris con el primer tripartito.
Sobre el director de la policía recae la responsabilidad del mando, dirección e inspección del cuerpo de Mossos d'Esquadra, bajo la dirección y supervisión de las autoridades superiores, según el organigrama del Govern, con el fin de "asegurar la convivencia pacífica y la protección de personas y bienes, así como velar para garantizar la protección del libre ejercicio de los derechos y libertades y la seguridad ciudadana".