La ciudad de Barcelona ha roto la tendencia de crecimiento poblacional y empieza a perder habitantes el año de la pandemia. Según un informe de la Oficina Municipal de Dades, desde el 1 de enero hasta el 1 de octubre del 2020 se ha registrado 13.094 empadronados menos. Se trata de una pequeña caída pero que desde el Ayuntamiento califican de significativa y que se podría explicar por diferentes motivos, como la elevada mortalidad por la pandemia.

Además, también hay que remarcar el aumento de emigraciones hacia otros municipios (+8%) y, sobre todo, la caída de las inmigraciones, con una bajada del 43,7% de junio a septiembre, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Así, durante estos meses el saldo migratorio ha sido negativo.

Según apunta el informe 'El movimiento migratorio de Barcelona en tiempo de Covid-19' Barcelona ha pasado a tener una población de 1.653.678 personas en fecha a 1 de octubre del 2020, con 13.094 empadronados menos, rompiendo así la tendencia al alza de los últimos años. Desde la Oficina Municipal de Dades alertan, sin embargo, de que se hace difícil hacer lecturas del padrón a corto plazo y apuntan que habrá que esperar unos meses para ver si estas tendencias se consolidan o si se trata de comportamientos aislados y provocados por la pandemia.

De todos modos, los datos consolidados hasta 1 de octubre demuestran un cambio en la tendencia que se seguía los últimos años. En el caso de la elevada mortalidad el motivo es claramente el coronavirus. Según el director de la Oficina Municipal de Dades, Màrius Boada, de marzo a septiembre murieron unas 3.500 personas más de lo que era habitual.

Màrius Boada, director de la Oficina Municipal de Datos ACN

El director de la Oficina Municipal de Dades de Barcelona / ACN

La hipótesis de los investigadores es que la inmigración también habría caído por la pandemia. Primero hay que destacar que de marzo a abril se detuvo en seco, al decretarse un confinamiento estricto y no permitir los desplazamientos de personas. Cuando se reanudó los movimientos y también los empadronamientos hubo un fenómeno de rebote, probablemente por desplazamientos que estaban planificados y que no se habían podido hacer, pero la inmigración cayó en picado igualmente, con un 43,7% menos.

Al contraponerla con la emigración, que a su vez ha subido un 8%, a Barcelona le queda un balance negativo. En datos absolutos, han llegado a la ciudad 23.469 personas y se han marchado 28.152.

Emigraciones

El informe presta especial atención al caso de las emigraciones, que aunque no han crecido de manera muy sustancial desde la Oficina sí que consideran que ha habido un cambio cualitativo en las preferencias. Según indican, la emigración hacia municipios pequeños ha ganado peso durante la pandemia, sobre todo entre los municipios de menos de 5.000 habitantes.

Según el estudio, no se ve grandes cambios en el movimiento migratorio a municipios de más de 50.000 habitantes, como Sant Adrià de Besòs y Sant Cugat del Vallès, pero sí que se ve en los municipios más pequeños: el Observatorio constata que en los municipios de menos de 5.000 habitantes de las cuatro provincias se rompe el patrón migratorio que había hasta ahora, con un comportamiento "inesperado". Eso implica que haya habido un cambio de tendencia con emigración a lugares "atípicos" como Altafulla, Cabrera de Mar, l'Escala, Pineda de Mar o Bellver de Cerdanya. Estos municipios, según indica el Observatorio, tienen un marcado perfil de municipio turístico o de segunda residencia.

Migración hacia la segunda residencia

Así, la hipótesis inicial, que Boada insiste en que no está confirmada, es que la migración dentro de Catalunya sería de personas que dejan Barcelona para ir a vivir a una segunda residencia. Eso habría podido ser por las restricciones de movilidad dentro del país, de manera que se habrían empadronado en otros municipios desde donde pueden teletrabajar.

Boada avanza que hará falta ver cómo evoluciona la tendencia, porque podría ser que estos emigrantes después vuelvan a empadronarse en Barcelona una vez pase la pandemia, o bien que se queden empadronados en la segunda residencia pero sigan haciendo vida urbana. Además, también remarca que eso es sólo "una fotografía" de Barcelona y habría que ver también el saldo migratorio del resto de municipios, para comprobar si la tendencia a la emigración o inmigración es compartida.

Con respecto al perfil de gente, el Observatorio garantiza el anonimato de las personas que constaban en el padrón de acuerdo con la ley de protección de datos, pero sí que tiene registrado de qué zonas de Barcelona son los emigrantes. Según el informe, la emigración en general ha sido bastante homogénea dentro de la ciudad, pero no en la emigración en municipios atípicos, donde se registran bastantes diferencias. En estos casos, la emigración diferencial proviene sobre todo de zonas como Pedralbes, el centro de Gràcia, la Vila Olímpica y Diagonal Mar, hecho que les hace pensar que son un segmento de población sobre todo de clase alta o media-alta. Las áreas con tasas de emigración más bajas se ubican en Nou Barris.

Foto principal: Imagen aérea de la ciudad de Barcelona / Sergi Alcàzar