Renfe ha perdido la marca para su servicio de alta velocidad (AVE) a nivel europeo por un error lingüístico garrafal. El Tribunal General de la UE ha desestimado un recurso que había presentado la empresa de ferrocarriles españoles porque enviaron los argumentos en español en vez de inglés y hacer caso omiso a las advertencias de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo), que avisó de la equivocación de la compañía, según ha publicado Expansión.
Los hechos se remontan al año 2012, cuando un empresario alemán, Stephen Hahn, presentó una queja a Euipo exponiendo que la marca AVE ya se utilizaba en Alemania por su empresa, que vende bicicletas eléctricas. A partir de ese momento, se suceden una serie de errores hasta llegar a la sentencia publicada ayer por el Tribunal General de la UE que le impide registrar la marca figurativa AVE en la Unión Europea para sus trenes. Ésta fue la secuencia de los acontecimientos.
Renfe no usa el inglés
Dos años después de la queja de este empresario alemán, el 4 de febrero del 2014, la Euipo consideró que existe una confusión entre los dos logos, por lo que se le notifica a Renfe y se le da la posibilidad de hacer alegaciones. El 12 de marzo, la empresa pública envía sus argumentos en un documento. ¿El problema? Están en español y la lengua con la que se deben presentar las alegaciones tiene que ser el inglés. Renfe envió de nuevo el documento, seis días después, otra vez en español.
La Euipo advierte el error
El 10 de abril, la Euipo envía un fax a Renfe en que le notifica el error y le pide que envíe esos mismos argumentos en la lengua necesaria para el trámite en un plazo de 8 días. La empresa de ferrocaril no vuelve a enviar el documento, por lo que el recurso se considera no válido. Renfe acaba de perder el recurso.
Es entonces cuando la compañía española solicita amparo en una figura, restitutio in integrum, que sirve para los casos en que no se cumplen los plazos pero, atención, siempre que se haya actuado con diligencia. Y este no es el caso según la agencia europea, que considera que Renfe desoyó la advertencia.
Renfe va a los tribunales
La empresa pública española afirma que ese fax del 10 de abril en el que se le pedía la documentación en inglés jamás llegó y se justifica con un escrito en el que admite que "debido a ciertos problemas técnicos, a veces algunos faxes no son recibidos". La Euipo, por su parte, ha presentado como prueba el registro de envío del fax, por lo que todo apunta que Renfe habría recibido la notificación. En consecuencia, la agencia europea le denegó esa vía de recurso porque consideró que Renfe no había mostrado toda la diligencia debida.
Renfe lleva la cuestión al Tribunal General de la UE, que ayer finalmente dictaminó que el error era de la compañía española de ferrocarril. "Renfe era consciente de los posibles fallos de su fax" y, "por tanto, esta circunstancia no era excepcional ni, en consecuencia, imprevisible según la experiencia", explica el fallo que llega a afirmar, claramente, que "Renfe tenía conocimiento de posibles incumplimientos".