David Jiménez va ser el director català del diari de referència de la dreta espanyola, El Mundo. Quan el van acomiadar va escriure el llibre El director i entre les moltes converses privades que va revelar-hi la més transcendental és la que va mantenir amb el cap de l'Estat. En Blau va recollir aquest fragment del llibre: Paraula de Felip: "Si la mayoría no me quiere me voy y me dedico a otra cosa".
Ara el mateix periodista escriu una columna imprescindible a un dels diaris més llegits del món, The New York Times: Monarquía española: regeneración o caída. Aquests són alguns dels paràgrafs:
-"La estrategia de la Casa Real, que busca proteger al hijo sacrificando al patriarca de los Borbón, está condenada al fracaso. Parte de la falsa premisa de que la crisis monárquica se reduce al comportamiento de un rey descarriado, cuando los problemas de la institución van mucho más lejos. El paciente requiere una profunda regeneración para, una vez concluido el proceso, permitir a los españoles decidir su futuro en un referéndum".
-"Juan Carlos I actuó durante su reinado con total impunidad gracias a una mezcla de falta de transparencia, leyes obsoletas que impiden la persecución de delitos cometidos por los monarcas españoles y una cultura de pleitesía que llevó a partidos políticos, instituciones y sociedad en general a mirar a otro lado"
-"El rey Felipe pudo haber aprovechado su alocución para confrontar el escándalo real, pero optó por refugiarse en la opacidad que tanto merma la credibilidad de la institución"
-"El monarca debe colaborar con la justicia activamente para desentrañar la presunta red de corrupción que tejió su padre y que implica a familiares que pudieron actuar como testaferros".
-"El goteo constante de informaciones comprometedoras no puede seguir siendo desdeñado por la justicia, minimizado por la prensa e ignorado por el parlamento, enviando el mensaje de que la prioridad es ocultar la verdad".
La clau que dona un molt sensat David Jiménez és reformar la Constitució sobre la monarquia i sotmetre la reforma a referèndum. Amb la pregunta maleïda: monarquia o república?