Letícia i Pilar Eyre, dues dones unides per una Corona. Entre les cronistes reials, la que porta més anys investigant, furgant i delatant els reis d'Espanya és la catalana. Ara des de les pàgines de Lecturas Eyre revela les intimitats familiars que ajuden a entendre la més alta institució de l'Estat. Letícia era la figura cridada a popularitzar la monarquia, però ha fet el contrari: allunyar-la. Letícia no és una reina, és una diva. I en el camí de fer-se antipàtica, divinitzada i insuportable ha tingut dues males experiències amb l'alta burgesia catalana. A dos actes, amb els Lara i amb els Puig. I en un es va trobar Pilar Eyre en un lavabo de Barcelona

Pilar Eyre a Telecinco

Escriu Eyre: "Los Reyes asistieron al Premio Planeta 2016. Se había preparado un encuentro con ganadores y finalistas de años anteriores, pero rodearon a Letizia estableciendo un cordón sanitario que la protegía y aislaba. La barrera era infranqueable. Fui al lavabo y oí un taconeo frenético detrás de mí. “Pilar, Pilar”, me giré, asombrada. “Chica, te estaba saludando y no me veías... ¿Cómo estás?”. Letícia i Pilar Eyre juntes al WC del Centre de Congressos de la Diagonal.

Letícia, endiosada, GTRES

Què va passar dins aquell lavabo? "Delante del espejo del cuarto de baño estuvimos conversando un rato mientras nos pintábamos y atusábamos el pelo. Salimos, le presenté a mi hijo y un periodista preguntó: “¿Podría grabarle unas palabras sobre este acto?”. Se le notaban las ganas, pero al final tras mirar a un empleado de Zarzuela se negó a regañadientes: “No me dejan”. Encerrada en la Zarzuela, presidiendo actos sin brillo, ¿la Reina se aburre? Ha asumido que no hay vuelta atrás y está resignada".

Letícia, als Planeta 2016, GTRES

Letícia mai no és feliç a Barcelona. En una altra ocasió, per un homenatge al patriarca dels Puig, va passar això: "Se la notaba siempre malhumorada, incómoda... Los organizadores de los eventos no sabían qué hacer para contentarla. En Barcelona, en un acto de una empresa que le presta grandes servicios de imagen, hizo cambiar el ‘catering’ 24 horas antes porque el menú no le gustaba. La noticia se filtró y cuando se organizó un homenaje al patriarca de la compañía ella se negó a asistir, aunque sí fue Felipe. “El destinatario de sus invectivas empezó a ser su marido. Su actitud era: ‘Si yo no me divierto, tú tampoco”. Amargant i amargada.