El numeret de Ciutadans anant a missa i repicant (pactant amb homòfobs i autoconvidant-se a la festa LGTBI per dir-los feixistes) ha seguit al programa més taronja de la TV a España: Espejo público. Susanna Griso ha entrevistat la diputada taronja que va sortir rient-se a un vídeo que volia ser dramàtic: "para de gravar" "es que está en directo". És la imitadora d'Arrimadas, Patricia Reyes.
Patricia Reyes gira el que ha vist tota Espanya: no es reia: plorava (sic): "Nos llamaron putas, fascistas, un señor socialista nos plantó el culo y pretendía defecarnos. En el vídeo en que dicen que me río, no me río, empiezo a llorar, no quiero que me graven mientras estoy llorando. Me tiraron whysky en los ojos y pis. Empecé a llorar. Eso es lo que ocurrió.".
Griso li dona tota la raó sense una sola repregunta: "Totalmente de acuerdo contra su escarche. Lamentamos lo que les pasó".
Chema Crespo, periodista del diari Público, rebat l'argumentari de Cs après de memòria pels taronges: "Mi solidaridad por lo que allí vivió usted. Ustedes están felices con esto porque les produce réditos periodísticos". Comença la bronca. El periodista rebla el clau "Solo gana uno de todo esto: Vox. Hay una disputa entre sindicatos policiales, uno muy unido a ustedes: Jusapol". Reyes molt nerviosa de trobar-se oposició a can Griso: "Es una vergüenza que justifique las agresiones. No somos masoquistas, no nos gusta que nos bañen en pis. Marlaska dijo que debíamos sufrir las consecuencias. Nos deshumanizan diciendo que deseamos que nos agredan. Quieren un Estado totalitario".
Crespo: "Decir que el ministro del Interior insta al odfo es miserable. Lo que dice Marlaska es lógico: si ustedes toman decisiones políticas asuman las consecuencias políticas. Ustedes buscan la confrontación. No lo digo yo, lo dicen sus informes internos". A Ciutadans a Madrid se'ls comença a veure el plumero.