"Catalán progre", "ciudadano de segunda", "charnego", "matón de Alsasua", "¿Quién te crees que eres? Mamarracho", "Es un chico con talento pero con el complejo de tantos catalanes. Que son catalanes de origen pero ciudadanos de segunda"... Són algunes de les floretes que Federico Jiménez Losantos li ha dedicat alguna vegada o altra a Jorge Javier Vázquez.
El de Badalona és una diana habitual del periodista ultra des de la seva talaia d'EsRadio. Losantos no estalvia adjectius desqualificatius quan parla del presentador de Sálvame. Dues persones que no poden ser més als antípodes l'una de l'altra. Són com la nit i el dia. Per això sorprèn la confessió que ha fet JJ amb Losantos com a protagonista. Al seu article de la revista Lecturas, Vázquez fa una confessió: "he de confesar –y me cuesta hacerlo– que últimamente me he enganchado a algo que me da hasta un poco de apuro reconocerlo en público". No ens estranya que dir-ho en veu alta li faci vergonya: "Me paso horas muertas escuchando a Federico Jiménez Losantos. No el programa de Federico en esRadio, no. A Federico. Escuchar a Federico me entretiene porque es como ponerte al día de las cosas que pasan en el país que vivimos los dos pero que yo no reconozco. Lo que él cuenta no tiene nada que ver con lo que tú imaginas, intuyes, piensas o, en realidad, sucede. Es un universo distinto".
Jorge Javier reconeix que el prisma de Losantos no té res a veure amb el seu o el que transpira al seu programa de Mediaset: "Los protagonistas de las charlas de Federico son los mismos que para el resto de españoles pero no tienen nada que ver con una dimensión más o menos cotidiana. El prisma de Federico los deforma de tal manera que se convierten en otras personas. Y eso engancha porque es una novela hiperbólica, exagerada, mágica por su exuberancia. Es todo tan ciencia ficción que, al final, te pasa como con los ovnis, que acabas preguntándote si habrá algo de verdad.".
El millor, pel final, quan JJ resumeix a qui s'assembla el locutor. Segons ell, una barreja de "Nostradamus, el polígrafo de Conchita y esa anciana zumbada que por las noches reparte espinas de pescado a los gatos". Més gràfic no podia ser. "Me ha puesto muy bien y muy mal y lo entiendo porque somos iguales: no escuchamos. Y nos cabreamos cuando alguien piensa distinto porque creemos que poseemos la verdad absoluta. Y por eso yo no me podría nunca enfadar con él porque, cuando habla de mí, es como si hablara de otra persona". Estarem atents per si Losantos confessa que cada tarda mira el Sálvame Limón, el Naranja o el Tomate.