Un dels pocs famosos que ha fet un pas endavant i ha confessat en públic a Telecinco que era addicte a la cocaïna es diu Kiko Rivera. El fill de la Pantoja treballava punxant música de nit i consumia coca. Ja fa temps que va superar el seu problema però ara la seva parella i mare d'alguns dels seus fills, Irene Rosales ho ha detallat en un instagram amb una altra discjòquei exaddicta, Sofía Cristo, filla del desaparegut domador Ángel Cristo i Bárbara Rey.
Explica la dona de Paquirrín què va significar ser nòvia d'un cocaïnòman: "Te deja frito, te taladra la cabeza. Por la noche me despertaba siete u ocho veces, cuando él estaba en un bolo y le escribía diciéndole que me mandara un audio... Y decía: ¿Qué estoy haciendo?. Cuando conocí a Kiko estuvimos un año de amistad y no me dio tiempo a creérmelo. Luego veía sus cambios de humor y de temperamento. Veía mentiras tontas y él seguía hasta el fondo con su mentira. Las broncas eran monumentales. Le decía ¡Vete!, pero acabábamos gritando y veía que era peor porque iba a irse y volver a consumir".
Afegeix un problema. Kiko Rivera no tenia problemes per comprar drogues perquè era ric: "Kiko Rivera nunca llegó a robar dinero para consumir, porque él era una persona que tenía dinero siempre, pero sí que ha sido un derrochador. A Kiko le atacaba mucho la gota. Me decía que era por la lluvia y yo decía 'sí, por la lluvia'". El malestar físic de Kiko no era per la humitat de Sevilla sinó per la ressaca de la coca. I la cantarella habitual: "Me prometió mil veces dejar las drogas, pero yo no le creía. Él no quería dejarlo y así se evadía"
Remata el drama: "Cuando consumía era todo feliz, maravilloso y a mí no me la daba con queso y le decía 'mañana hablamos'. Le he vigilado el móvil, buscando conversaciones y yo pensaba: '¿me merece la pena?". Al final l'ajuda d'un psicòleg i un psiquiatra han acabat amb la malaltia. I Irene ho explica per qui es trobi en una situació similar. Valenta.