Hace siglos que el pueblo de Prades cultiva la patata. Gracias a la selección de variedades, una técnica esmerada y una climatología favorable ha obtenido la Indicación Geográfica Protegida. La IGP es bastante joven, del año 2002, y aunque todavía está pendiente de reconocimiento comunitario, su calidad es excelente y no tardará en hacerse un sitio en el mercado.
Es un cultivo tradicional de esta localidad y en tanto eso, se celebra una fiesta de la cosecha a mediados de septiembre. Una celebración que incluye un desayuno con patatas al horno, una exposición del producto y las herramientas que se utilizan para recogerla. La fiesta acaba con una comida en que se sirven tortillas y guisos.
¿Cuáles son las características principales?
Las patatas son de la variedad Kennebec, su piel es muy lisa y dura. La carne es blanquecina y tiene una textura consistente pero harinosa. Por lo que respecta al sabor, es una patata dulce, persistente y tiene un aroma que recuerda a las castañas.
Sistema de producción
Las patatas de Prades, son unas patatas que se cultivan al pie de la serrada de Prades, a 1.000 metros de altitud. Este factor hace que se utilice una variedad especial que se adapta mejor a los terrenos montañosos y mujer como fruto esta patata de características concretas.
Las patatas de Prades, son unas patatas que se cultivan al pie de la serrada de Prades, a 1.000 metros de altitud
La patata de Prades se cultiva durante el más de marzo y se recoge a mediados del mes de septiembre. El ciclo vegetativo es más largo y por eso sólo se recogen en una única cosecha al año. La recolección es manual y se hace después de que la planta muera de manera natural.
Comercialización
Su comercialización se hace como máximo en bolsas de cinco kilos y siempre tienen que llevar la indicación geográfica protegida.
La producción anual oscila entre los 350.000 y los 400.000 kg y son comercializadas por la Cooperativa Agrícola de Prades. Es una producción poco elevada en comparación con otros pero tiene una elevada calidad.