La buena relación que tenía Iñaki Urdangarin con la familia real se fue al garete cuando lo condenaron por el caso Nóos y acabó entre rejas. Aquello desató una tormenta en la familia real. La infanta Cristina declarando en los juzgados, sospechas sobre Juan Carlos I,… fue un escándalo de dimensiones colosales.
Después de todo ese lío, la reina Letizia y el rey Felipe VI decidieron cortar de raíz. Se acabaron las reuniones familiares en la Zarzuela y en Marivent. Y todo ello mientras los reyes sacaron a todos los Urdangarin de los Presupuestos Generales del Estado. Les quitaron sus funciones y los borraron de todas las fotos oficiales.
Iñaki Urdangarin, cabeza de turco en el caso Nóos
Pero eso no fue suficiente. Los reyes, con Felipe a la cabeza, hicieron todo lo posible para desvincularse de los Urdangarin, especialmente de Iñaki. Y fue él quien acabó pagando la mayor parte de la cuenta con su ingreso en prisión.
Para muchos, aquello fue justo. Pero hay quien no lo ve así. Juan Urdangarin, el hijo mayor del exjugador de balonmano, no está nada contento con la corona. Considera que la Zarzuela es la raíz de todos los males familiares. Y se ha plantado firmemente en su postura. Curiosamente, fue una de las ausencias destacadas en el 18 cumpleaños de la princesa Leonor.
Juan Urdangarin no perdona
Juan Urdangarin estuvo en primera fila para ver todo el embrollo. Se tuvieron que ir a Washington y a Ginebra para que dejaran de lloverle insultos por la calle y en el colegio.
El joven está en pie de guerra, apoyando a su padre en la lucha con la madre por el divorcio. Y, según él, la culpa es de la corona en general. Cree que su abuelo podría haber salvado a su padre como salvó a la infanta Cristina, pero que no movieron un dedo con el único objetivo de dar a entender que la justicia es igual para todos y de hacer creer que en la casa real, durante el reinado de Juan Carlos I, eran contrarios a las corruptelas. Todo ello con el consentimiento de los reyes, que apoyaron todas las decisiones. Es por eso que Juan ha plantado cara a los reyes de España, acusándolos de ser los responsables de arruinar la vida de su padre.