Juan Carlos tiene mucho miedo de que Iñaki Urdangarin rompa su silencio ahora que se encuentra en una batalla legal contra Cristina de Borbón por el divorcio. El matrimonio no llega a un acuerdo por cuestiones económicas, las peticiones del exduque de Palma son demasiado exigentes para la infanta que no puede hacerles frente con su sueldo de 400.000 euros anuales. Por este motivo, el emérito se ha ofrecido para hacerse cargo de todos los gastos, pero su hija se niega en rotundo. No quiere que esto salpique al resto. No obstante, el exjugador de balonmano no quiere hacer daño a la madre de sus hijos, pero sí a algunos miembros de la familia como Felipe VI o Juan Carlos. Ambos son culpables, para él, de sus desgracias.
El emérito era conocedor de todo el entramado del caso Nóos, pero no puede dejar que otra trama de fraude fiscal le salpique. Obligó a Iñaki a pagar con la prisión para demostrar que la justicia era igual para todos tras el revuelo ocasionado. En 2006 el entonces rey ya obligó al marido de su hija Cristina a abandonar precipitadamente la presidencia del Instituto Nóos en cuanto salieron a relucir los primeros trapos sucios de sus negocios. Pero no fue su único movimiento.
Juan Carlos e Iñaki Urdangarin tenían una excelente relación. Utilizó sus influencias para conseguirlo un trabajo. Habló con el presidente de Telefónica, César Alierta, para colocar a su yerno en un puesto con una elevada remuneración. Primero en Barcelona y posteriormente en Washington, tres años. Es ‘El Confidencial’ el encargado de facilitar esta documentación.
El entonces rey intentó proteger a Iñaki Urdangarin antes de que saltase todo por los aires
Este fin de semana, fuentes oficiales de Casa Real filtraron a varios medios de comunicación que Juan Carlos encargó a José Manuel Romero Moreno, asesor jurídico del exmonarca desde hace varias décadas, que viajase a Barcelona para reunirse con Iñaki y examinar las cuentas del Instituto Nóos, aparentemente una sociedad sin ánimo de lucro. Fue el rey quien recomendó al marido de su mujer que se fuese a trabajar a Washington para alejarse de lo que estaba a punto de acontecer. Según ‘El Confidencial’, Urdangarin no tuvo que hacer nada, el padre de su mujer le puso todo en bandeja, vida resuelta.
El exduque de Palma dejó la presidencia del Instituto Nóos y se incorporó a Telefónica. En 2009 se mudaron a Estados Unidos con toda la familia por compromisos profesionales. Alierta no hizo otra cosa que atender la petición que, por orden expresa del monarca, le había trasladado con anterioridad el entonces jefe de la Casa del Rey, Alberto Aza.
Alierta obedeció en todo momento a Juan Carlos. En 2006 fichó a Urdangarin como Consejero de Telefónica Internacional en Barcelona. En 2009 le sacó de España cumpliendo los deseos de su amigo y le fichó como Consejero de la compañía para Latinoamérica y EEUU.
La familia vivió en el prestigioso barrio de Chevy Chase, con unos ingresos anuales de más de un millón de euros. Telefónica también se hacía cargo de la vivienda, los viajes y el colegio de los niños.