Iñaki Urdangarin fue el cabeza de turco que pagó los platos rotos del caso Nóos. En la casa real todo el mundo sabía de sus corruptelas, principalmente la infanta Cristina y el rey Juan Carlos I. Pero el chivo expiatorio fue el ex jugador de balonmano.

En su momento Iñaki reconoció los delitos sin implicar a nadie más, dejando a la infanta Cristina libre de culpa. Sin embargo, a las puertas de su divorcio de Cristina, está dispuesto a tirar de la manta. Por este motivo, asesorada por el rey Juan Carlos, y después de aguantar la humillación pública por las andanzas extramatrimoniales, la hermana del actual rey Felipe VI ha decidido darle su parte del pastel en el divorcio. Entre otras cosas, según Monarquía Confidencial, recibirá una paga mensual de miles de euros, y una indemnización compensatoria de dos millones de euros.

iñaki y Juan Carlos efe

Zarzuela, intento de soborno para salvar a la infanta Cristina

Pero que Iñaki se quedara solo ante la justicia no fue el único movimiento que se produjo para salvar a la infanta. Miguel Bernad, el secretario general de Manos Limpias, aseguró en un juicio en la Audiencia Nacional que el abogado Miquel Roca, representante de la infanta, le ofreció nada más y nada menos que 3 millones de euros a través de un intermediario para que su sindicato retirara la acusación contra Cristina en el caso Nóos. Es lo que coloquialmente se denomina ‘soborno’.

Al parecer, Bernad fue contactado por Jaime Alonso, presidente del sindicato Fuerza Nacional del Trabajo, quien le pidió que retiraran la acusación. Roca, abogado de la infanta, mantuvo hasta cuatro charlas privadas con Bernad, asegurándole que esto era cuestión de Estado. Si retiraban la acusación, habría un acuerdo interesante económicamente en camino para el sindicato.

infanta cristina y juan carlos efe

Ahora toca silenciar a Iñaki Urdangarin

El letrado de Bernad, Miguel Bueno, también recibió contactos para hacer desaparecer las imputaciones contra la infanta. La preocupación en Zarzuela y en la entidad bancaria La Caixa era enorme. Necesitaban cerrar todo a cal y canto porque, si esto salía a la luz, se armaría la de Troya.

Ahora toca silenciar a Iñaki con pagos suculentos en el divorcio para que todo siga enterrado en el fondo del cajón de los escándalos que implican a la casa real.