Letizia se siente cada vez más querida por el público. La semana pasada se hicieron virales varios vídeos de la reina en Córdoba donde se dio una baño de multitudes. Una señora de avanzada edad se alegró mucho por conocerla y le mostró todo el cariño que le profesa a la corona y especialmente a la actual familia real, y no a los otros, refiriéndose a la familia de Felipe VI. También se mostró muy cercana con unos jóvenes que la grabaron. Se aleja de su imagen fría y calculadora. La reina está haciendo todo lo posible por mejorar la dañada imagen de la corona en esta última década.
Las polémicas de Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, Victoria Federica o Froilán han acabado con la imagen de la corona, enturbiada no solo a nivel nacional, sino internacional. Cuando parecía que Letizia ya tenía el camino hecho, los fantasmas del pasado han irrumpido con más fuerza. Sus enemigos le han plantado cara y han puesto en jaque a la reina.
El pasado llama a la puerta de Letizia
Juan Carlos I ha desafiado a Letizia con su aparición en España para participar en las regatas de Sanxenxo y “arreglar papeles”. Un viaje que no ha consultado con Casa Real, y al hacerse público no ha querido cambiar de fechas para que no coincidiese con campaña electoral. Al exmonarca se le han quitado todos los cargos que se le imputan y por tanto no se le puede retener.
Iñaki Urdangarin también ha reaparecido con el inminente divorcio de la infanta Cristina. El exjugador de balonmano aceptó pagar por todos los trapos sucios de Zarzuela. Entró en prisión y su imagen quedó dañada. Ahora quiere recuperarla a costa de las mismas personas que le sacrificaron y no hicieron nada por salvarle. Pide una cuantiosa cantidad de dinero por su silencio. En el último mes ha desafiado a Casa Real con sus apariciones en Baqueira Beret y en Palma de Mallorca. En ambos sitios apareció Felipe VI para pararle los pies.
Demasiados capítulos abiertos para que se le sumen nuevos a esta historia de nunca acabar. Los más jóvenes, Froilán y Victoria Federica, tampoco se acuerdan del apellido que llevan de segundo, aunque lo utilizan a su conveniencia. El mayor ya ha sido ‘exiliado’ a Abu Dabi con su abuelo, aunque no encuentra su sitio y está desesperado por volver a España. Para la más joven ya tienen pensado un destino, Los Ángeles.
Letizia no consigue librarse de ellos. La familia real está totalmente fracturada en dos bandos totalmente diferenciados. Por un lado, Casa Real con Felipe, Letizia, Leonor y Sofía, y por otro el resto de familiares del rey. La reina Sofía es la única que defendería las posturas de ambos bandos, nunca sería capaz de hacer daño a Felipe. Las infantas Elena y Cristina sí se han encargado de desafiarle.