Letizia ha sido siempre un verso libre dentro de la Casa Real. Las monarquías solo tienen una obligación: reproducirse. Aseguran la sucesión a través de los hijos y lo hacen por el método tradicional: casarse por la Iglesia y concebir bebés dentro de la relación conyugal. Ni adopción, ni hijos extramatrimoniales ni príncipes LGTBI. Nada moderno entra en la corona. España aceptó una princesa atea, divorciada, republicana y plebeya porque Felipe no era un gran partido, no se lo rifaban las grandes fortunas ni las aristócratas ni princesas nórdicas. Y a la fuerza aceptaron Letizia como un soplo de aire fresco en Zarzuela. Después de los fracasos de los otros plebeyos dentro de la familia, Jaime Marichalar se divorció entre acusaciones de cocainómano e Iñaki Urdangarin ha sufrido el mismo final pero tras robar a Administraciones públicas, Letizia sigue allí. No roba, no consume, pero es ingobernable. Toda la prensa royal conoce desde hace años el mal carácter de Letizia, que no parece disfrutar de su papel. A diferencia de Máxima de Holanda, otra plebeya hecha reina, Letizia aparece rígida, áspera y alejada de la gente. No ha sabido aprovechar ni su debilidad, engañar a Felipe con Jaime del Burgo, para parecer más humana. Ha preferido hacer ver que no pasaba nada. Para Zarzuela sí que ha pasado: han puesto punto final al reinado de Letizia, que ya ni decide, ni impone, ni amenaza con llevarse a las hijas que ya son mayores de edad (17 y 18 años). Letizia ya solo queda de comparsa.

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Juanma Moreno, Felipe, Letizia y Ernest Urtasun, EFE
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Letizia mirando a cámara en Cádiz, GTRES

Esta primera semana de abril solo va a dos actos y ninguno de los dos como reina. Va de acompañante de Felipe, sin pronunciar discurso ni tener protagonismo. Solo le queda lucir modelos de moda más o menos inapropiados. Ni eso le ha salido bien este miércoles en un acto cultural en Cádiz, donde soplaba el viento del Atlántico y Letizia ha bajado del coche oficial cuando una racha le ha levantado la falda y enseña el muslo a los ciudadanos andaluces que esperaban ver celebrities, de Víctor Manuel a Carme Elias o Mario Gas, premiados. De propina han visto los muslos de la reina. Un incidente que nunca le ha sucedido a Kate Middleton o a Mary de Dinamarca, pero con Letizia todo es posible. Un vestido rosa con un corte en la falda que ofrece una perspectiva muy poco royal de la reina. Letizia siempre se ha sentido más Dulceida que reina, una intagramer:

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El viento levanta la falda a Letizia, Cádiz, GTRES

La reina volvió a ser noticia por cómo vestía, de Lady Pipa. No es la primera vez que desvía la atención hacia sus piernas. En alguna ocasión ha mostrado más de la cuenta y ha enseñado una parte que ella considera fea: las rodillas. Un día hace años, un abrigo Carolina Herrera por encima de los hombros y un vestido rojo Massimo Dutti le hicieron una jugarreta. Esta foto no la verán en ningún diario. Letizia enseñando muslo y una parte que siempre esconde por fea, las rodillas:

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Letizia lo enseña todo, Instagram

La nueva y muy púdica Letizia, tapada de cabo a rabo, cuando da un paso se le abre el vestido y enseña involuntariamente la pierna larga, el gemelo alzado por los zapatos de tacón, un muslo generoso y la rodilla que detesta enseñar y que la acompleja. Una cuenta de Instagram la lució sexi y desenvuelta. Pero por accidente. Sin la apertura, parece la institutriz de Heidi.