La infanta Elena ha mantenido siempre su vida sentimental alejada del ojo público. Desde su divorcio de Jaime de Marichalar, ocurrido hace más de diez años, no se le ha atribuido ninguna relación oficial ni se le ha visto en situaciones que sugieran un romance. La primogénita del rey Juan Carlos confesó en su momento que nunca estuvo verdaderamente enamorada de su exmarido, pero que se casó con él por el deseo de no defraudar a sus padres, optando así por un matrimonio con un aristócrata. Aquella unión no fue fácil para ella y, tras su ruptura, decidió cortar todo vínculo con el padre de sus hijos, enfocándose por completo en la crianza de Froilán y Victoria Federica. A pesar de que sus hijos ya han alcanzado la edad adulta, la infanta no ha mostrado intención de rehacer su vida amorosa, encontrando consuelo en la compañía de su mascota y sus amigos más cercanos.

infanta Elena
Infanta Elena

A lo largo de los años, se ha especulado con posibles relaciones sentimentales de Elena de Borbón, destacando nombres como el de Luis Astolfi. En la década de los 80 se rumoreó que ambos mantenían una relación, aunque nunca llegó a confirmarse. La conexión entre ellos surgía de su mutua pasión por la equitación, compitiendo juntos en diversas ocasiones. Algunos rumores sugieren que fue Astolfi quien decidió poner fin a la relación, ya que no estaba dispuesto a aceptar la atención constante de la prensa y las exigencias que conlleva formar parte de la realeza, una vida que no se ajustaba a sus aspiraciones personales.

Otro nombre con el que se ha relacionado a la infanta es el de Cayetano Martínez de Irujo. El propio Cayetano admitió que tuvieron un romance que duró tres meses, aunque a Elena no le agradó que esta información saliera a la luz en el libro autobiográfico de él. "Fue algo pasajero, ella no estaba cómoda con que se hiciera público. Nuestra relación siempre se mantuvo en el máximo secreto. La infanta es una gran persona y nos conocíamos bien por compartir el ambiente ecuestre, pero pronto comprendí que no estaba preparado para pasar de la estricta educación que recibí a una estructura aún más exigente. No me veía encajando en ese mundo, y mi nana me lo confirmó diciéndome que yo no había nacido para ser segundón", relató Cayetano.

"Recibí castigos físicos de mis niñeras" 

Martínez de Irujo, conocido por su carisma, también ha compartido que enfrentó muchos conflictos personales relacionados con el amor y las relaciones. Según él, su percepción del afecto, la intimidad y el cariño estaba distorsionada debido a experiencias traumáticas durante su infancia. "Por un lado, sentía adoración por las mujeres, pero también miedo debido a los castigos físicos que recibí de mis niñeras. Este miedo me impidió establecer vínculos genuinos hasta que en Estados Unidos una terapeuta me ayudó a comprender el origen de mis problemas", reveló.

Su proceso de sanación fue complejo y doloroso. "Intentaba llenar el vacío con numerosas relaciones, pero todo era un reflejo de mis carencias emocionales. Me recomendaron ingresar en un centro especializado, donde pasé por un proceso muy intenso. Fue un reto enfrentar mi realidad, abrirme emocionalmente y someterme a terapias profundas. Llegó un punto en que, durante las sesiones, lloraba hasta quedarme sin aire", confesó con emoción.

A pesar de todas estas especulaciones y relatos, la infanta Elena ha preferido mantenerse al margen de la vida sentimental pública, centrándose en su familia y sus pasiones personales.

Genoveva Casanova y Cayetano Martínez de Irujo / GTRES
Genoveva Casanova y Cayetano Martínez de Irujo / GTRES