Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón mostraron una relación cordial hace un mes en uno de los partidos de Pablo Urdangarin. Esto hizo creer que habían llegado a un acuerdo de divorcio. Y era cierto. Parecía que la infanta había cedido a las exigentes peticiones de su todavía marido. Pero una vez que estuvieron a punto de firmar el divorcio, la hija de Juan Carlos mostró sus condiciones. Todo tiene su asterisco.
Según Juan Luis Galiacho, el exduque de Palma recibió un millón de euros en concepto de indemnización por el libro que le ofrecieron escribir y al que renunció. El otro millón lo recibiría una vez se firmase el divorcio en un único pago o fraccionado. Además, se incrementó su sueldo. De los 6.000 euros mensuales que cobraba hasta la fecha a los 25.000 euros actuales. Y se mantuvo su escolta, otro de sus grandes deseos. Sin embargo, esto no habría sucedido todavía, tal y como informó Pilar Eyre.
Iñaki Urdangarin no cede a la cláusula de la infanta Cristina
Juan Carlos I pidió a la infanta Cristina que terminase de una vez por todas con el divorcio. Se estaba haciendo daño ella misma y también se lo estaba haciendo indirectamente a la corona. El exduque de Palma no iba a echar el freno ni a sentir compasión, ya que culpa al emérito de todos sus males. Según él, ingresó en prisión para demostrar que la justicia es igual para todos y calmar el ambiente. El reinado de Felipe y Letizia estaba en peligro.
El emerito se ofreció a pagar todos los gastos de Iñaki de por vida, pero Cristina no está dispuesta. La infanta Cristina “está tan dolida” y “decepcionada” que no está dispuesta a facilitar el camino de Iñaki Urdangarin para que llegue de nuevo al altar con Ainhoa Armentia, de 43 años, la mujer con quien la engañó.
La infanta Cristina ha puesto una cláusula de divorcio que perjudica a Iñaki Urdangarin. Si éste se casa con Ainhoa Armentia en algún momento de su vida, perdería todos los beneficios. Tanto el sueldo de 25.000 euros, como la escolta y los dos millones de euros que tendría que devolver. Es un momento especialmente complicado. El exduque de Palma no está dispuesto a firmar ese papel. Él está enamorado de la abogada y tiene todo el derecho a rehacer su vida. Para él solo es una cláusula vengativa por las formas en las que ha terminado la relación, aunque ella también cree que él se está aprovechando de su familia y la situación para hacerse de oro y vivir a cuerpo de rey.