El tiempo se agota y el final se huele. ¿Abril? ¿Junio? Esta es la apuesta más común en el culebrón del divorcio de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, hay teorías diversas y fundamentadas. La diferencia en el calendario atenderá a la dilación de la negociación del vasco con su ex, a la que es infiel como mínimo desde enero del 22. Una portada de revista, caminando de la mano por una playa con una misteriosa señora rubia, suponía el clímax del histórico de deslealtades del exduque empalmado. Pues bien, a pesar de haber sido él el responsable de la ruptura, la ley lo protege en materia económica y compensatoria. La Borbón es más rica, una obviedad, y tiene que pagar su manutención. Incluso, como está insistiendo Iñaki, puede pedir una indemnización. El vasco, a por todas.
Tantas como las cifras que están utilizando para explicar este pasaje: primero, 5.000 al mes; después Pilar Eyre ha subido a 6.000, y recientemente Juan Luis Galiacho ponía toda la carne en el asador con 25.000 y 2 millones de bonus. También propiedades y el usufructo de la famosa casa de Baqueira. Se cobrará el marrón de Nóos, la cárcel y el ensañamiento popular. Quiere ser royal sin ser royal, con escoltas gratis para proteger su romance con Ainhoa Armentia, la compañera de trabajo redentor en Vitoria-Gasteiz que resultó la rubia de la playa de Bidart. ¿Caradura? Puede. Pero claro, que alguien desplume a los Borbones por miedo a tirar de la manta, como parece este caso, tiene su justicia poética.
Ainhoa también ha roto una familia con 2 hijos: se ha divorciado de su marido
Pero para poesía, el amor. Si Iñaki y Ainhoa están tan enamorados, tienen que demostrarlo. ¿Cómo? Pues precisamente rompiendo los vínculos con su pasado sentimental y viviendo con intensidad lo que ambos han escogido. Un camino difícil, escandaloso, que pone a una persona anónima como Armentia en el ojo del huracán mediático... Y que, no lo olvidemos, también ha tenido que partir peras con una familia con dos hijos. Bien, solo con sui marido, con quien llevaba 19 años casada y 1 en crisis, como explica la revista '¡Hola'!. El año Urdanga, no lo olvidarán nunca. Manuel Ruiz es el partner in drama de la infanta Cristina, el públicamente humillado. La diferencia es que Cristina se desahogaba con Juan Carlos en el lujoso Abu Dabi y Manuel con un grupito de amigos haciendo pintxo-pote con cara de pena. Juegan ligas diferentes.
Iñaki quiere estrujar a Cristina antes de firmar el divorcio, Armentia es más valiente
Ainhoa y Manuel, una pareja plebeya, no han tenido los problemas para dar el paso que tanto está costando a los royals Cristina e Iñaki. La pasta, la culpable. Y la valentía: los primeros firmaron el divorcio hace meses y han convivido en la misma casa haciendo vidas diferentes pero manteniendo la cordialidad. También, por lo que dicen, afecto y comprensión. Los segundos prefieren no coincidir en público, excepto algunas excepciones en las que han sido cazados en Barcelona. Mantienen una subasta con el cuchillo entre los dientes. Ainhoa se ha avanzado a Iñaki y le enseña el camino para que no se pierda. De momento lo ha dejado solo como casado, esperando que pase a divorciado y soltero, como ella. La cuenta atrás también podría ser la de la paciencia de la vasca antes de convertirse en una novia a la fuga.
Tictac, Iñaki. Coge la pasta y vuela.