Ainhoa Armentia también ha visto la fotografía de la semana en las revistas del corazón. Varios espectadores del último partido de balonmano del Granollers presenciaron la sintonía entre Iñaki Urdangarin y Cristina. Los padres de Pablo acudieron a verle jugar en su nuevo equipo. Estuvieron acompañados por dos de sus hijos, Miguel e Irene. A ellos se les sumó la pareja del jugador, Johanna Zott. Aunque en un primer momento la infanta se sentó en la grada de abajo con su hijo pequeño, Iñaki se quedó arriba con su hija. Parecía que existía una mala relación entre ellos, sin embargo no es del todo cierto.
Cristina e Iñaki han pasado un año de dificultades, el todavía matrimonio se ha enfrentado a discusiones constantes y batallas con sus abogados para llegar a un acuerdo de divorcio. La infanta no perdona la humillación pública del exduque de Palma. Se enteró de la infidelidad y su nueva relación mediante la prensa, como el resto de ciudadanos. Por otro lado, el exjugador de balonmano tampoco perdona a la familia real, según él por culpa de ellos se encuentra en esta situación. Culpa a Juan Carlos de todos los males, y es que él cree que podría haberle salvado de la cárcel con sus influencias, como hizo con su hija, sin embargo alguien tenía que pagar para demostrar que la justicia es igual para todos. La corona española pendía de un hilo.
Iñaki y Cristina firman el acuerdo del divorcio: nueva vida
La hermana de Felipe no estaba dispuesta a ceder a las exigentes peticiones del padre de sus hijos. No estaba dispuesta a mantenerle, ni a él ni a su actual pareja, Ainhoa Armentia. La relación estaba totalmente rota. Estaba previsto que firmasen el acuerdo la semana del 5 de junio, en la que Irene cumplía la mayoría de edad y de esta forma no tenían que perjudicar a ninguno de sus hijos. Pero no sucedió. Las diferencias entre ellos eran irreconciliables.
Parece que después de un descanso de un mes, con el fin de las vacaciones, Iñaki y Cristina habrían llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Prueba de ellos es el caluroso abrazo y el beso cordial en la mejilla que se dieron en el partido de balonmano de su hijo.
La abogada ha asesorado a Iñaki Urdangarin en esta batalla con su todavía mujer, aunque nunca ha querido entrometerse, pero como Juan Carlos, cree que lo mejor es cerrar el círculo. Ainhoa Armentia y el exduque están a un paso más de vivir juntos en la misma casa y empezar una nueva vida, con el pasado atrás. La idea de ambos es casarse en un futuro no muy lejano. Les gustaría formalizar su relación que va viento en popa a pesar de los rumores constantes de crisis.