Ainhoa Armentia empieza a cansarse de la situación. Iñaki Urdangarin y Cristina de Borbón continúan sin llegar a un acuerdo de divorcio. Juan Luis Galiacho informó que los papeles se firmarían en este mes de noviembre después de ponerse de acuerdo en las exigentes cláusulas del exduque de Palma. Aseguraba incluso que se le había pagado un millón de euros en concepto de indemnización por el libro que le pidieron escribir y al que renunció. El otro millón se le abonaría una vez firmado el divorcio, en un único pago o fraccionado. También habría visto aumentar su sueldo de los 6.000 euros a los 25.000 euros. Incluso mantendría su escolta, otro de sus deseos. No obstante, la infanta ha puesto una nueva cláusula en el último momento y el exjugador de balonmano se han negado a firmar.
La infanta Cristina se siente dolida y traicionada por la humillación a la que Iñaki Urdangarin la sometió. La estuvo engañando durante varios meses con Ainhoa Armentia. Ella sabía que las cosas no funcionaban en su matrimonio pero no habían hablado de divorcio, ni tan siquiera de otras parejas. Esperaba que todo se pudiese solucionar con el tiempo. Sin embargo, la hija de Juan Carlos I todavía le guarda rencor. Quiere comprobar si realmente su todavía marido está enamorado de la abogada o lo único que quiere es el dinero de los Borbón. En caso de casarse en algún momento con su nueva pareja perdería todos los beneficios, incluso debería devolver los dos millones de euros en concepto de indemnización, dinero del que no dispone.
Bullying a los hijos de Ainhoa Armentia
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia atraviesan una situación complicado. Los proyectos de futuro de ambos no llegan. Todavía no viven juntos a pesar de comprarse una casa en una lujosa urbanización. El exduque vive con su madre y ella con sus dos hijos adolescentes. La intención es poder vivir juntos y reunir a las dos familias, pero hay demasiados obstáculos. Hasta que las cosas no estén cerradas no quieren correr.
Por ahora, los hijos de Iñaki Urdangarin ya conocen a Ainhoa Armentia pero no tienen relación con los hijos de la abogada. A los dos adolescentes les ha costado entender la ruptura de sus padres y aceptar al exduque. Además, cuando se destapó la noticia, los compañeros que conocían a los adolescentes les hicieron bullying en el colegio. Recibieron mofas e insultos porque su madre mantenía una relación sentimental con un “delincuente”. Los hijos de Iñaki les entienden perfectamente porque ellos también sufrieron las mismas consecuencias, por ello tuvieron que marcharse a Washington y a Ginebra.