Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia están muy enamorados a pesar de los rumores que siempre les persiguen de crisis. La pareja se ha dejado ver este verano nuevamente por Altea, uno de sus lugares favoritos. Son muy cautos con cada uno de sus pasos, prefieren ir poco a poco y más ahora que se encuentran en el foco mediático y el divorcio del exduque todavía no se ha formalizado. La abogada y el exjugador de balonmano se conocieron en el bufete de abogados en el que ella trabaja, Iñaki estuvo un tiempo tras salir de prisión para reinsertarse. Salían con el resto de amigos, pero ellos tenían mucha conexión, además en sus respectivos matrimonios las cosas no funcionaban bien y se utilizaban como paño de lágrimas. Finalmente empezaron a salir y Ainhoa decidió divorciarse de su marido y padre de sus dos hijos adolescentes. Iñaki continuó manteniendo una relación con Cristina desde la distancia, si aquellas fotografías dando un paseo por la playa de Biarritz no hubiesen aparecido jamás le hubiese comunicado a la infanta el divorcio, le venía bien pertenecer a la familia real, aunque ahora solo quiere destruirla en su beneficio.
Nadie era conocedor de esta humillación y tan solo Cristina sabía que en su matrimonio existían problemas, la distancia era un claro factor determinante, sin embargo nunca preveían que se iban a divorciar. Es lo que menos se imaginó, por ello cuando aparecieron las fotografías y su familia y amigos empezaron a escribirle no se lo podía creer. Estaba en una pesadilla. Se sintió traicionada y humillada porque cree que se podrían haber hablado antes las cosas y no llegar a este extremo. No le ha sido sincero. Ella estaba muy enamorada del padre de sus hijos, de hecho, dejó la corona por amor cuando les salpicó el caso Nóos y entró en prisión.
Ainhoa Armentia no logra conquistar a la familia de Urdangarin
Los Borbones le pusieron una cruz, pero los Urdangarin también. Iñaki se convirtió una vez más en una persona ‘non grata’. Clarie, su madre, con quien tiene una excelente relación, no podía ni mirarle a la cara, eso no son los modales que le habían enseñado sus padres, el respeto a la mujer y madre de sus hijos. La octogenaria tiene una excelente relación con Cristina y en todo momento le ha mostrado su apoyo. De hecho, cuando se enteró de la infidelidad de su hijo la llamó para pedirle perdón. Siempre han estado muy unidas.
Sin embargo, Clarie y las hermanas de Iñaki no logran establecer los mismos lazos de confianza con Ainhoa Armentia. Por ahora, no tienen ningún tipo de relación. La han conocido pero sin más. El exduque hace planes con ella completamente solos, no la relaciona con su familia. Tampoco la abogada, sus hijos adolescentes no pueden ver al exjugador de balonmano, están muy dolidos con el divorcio de sus padres.
"Por Barcelona Iñaki ya no pasa; nadie recuerda la última vez que fue a Ginebra a ver a su hija Irene. Está todo el día pegado a Ainhoa. Son como dos adolescentes, incluso ha hablado alguna vez de casarse con su pareja, algo descabellado. Todos sus planes están gestionados con Ainhoa. Todo lo hacen juntos. Y eso que no viven bajo el mismo techo. Todavía. Nadie de la familia Urdamngarin lermina de verlo claro. Los hermanos de Iñaki no ven con buenos ojos la relación”, detalla el entorno de Iñaki.
"Urdangarin no se atreve a plantearle a su familia, en especial a sus cuatro hijos, una posible mudanza con Ainhoa. Tampoco a su madre, Claire Liebaert, quien aún no conoce a la administrativa". Incluso Clarie y el resto de los Urdangarin ya le han puesto un mote a Ainhoa: "la administrativa".