Lejos de la imagen idílica que podría proyectarse de la nueva vida de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia en Vitoria, la realidad es que la relación se enfrenta a desafíos serios. La resistencia de la familia de Iñaki, junto con el desprecio de sus hijos, ha dejado a Ainhoa en una posición incómoda y vulnerable. La vida de color de rosa que muchos podrían imaginar está marcada por tensiones y barreras difíciles de superar. Y la infanta Cristina tiene mucho que ver en esta estampa.
La relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia ha sido, desde su inicio, una montaña rusa. A pesar de los numerosos esfuerzos de Iñaki por integrar a Ainhoa en su vida y entorno familiar, la realidad es que las dificultades no han dejado de acumularse. Aunque la separación oficial de la infanta Cristina marcó un cambio importante, abriendo la puerta a una vida más pública junto a Ainhoa, la situación está lejos de ser el cuento de hadas que muchos pudieran imaginar.
Los hijos de Iñaki Urdangarin no quieren saber nada de Ainhoa Armentia
El principal obstáculo para la plena integración de Ainhoa en la vida de Iñaki son los hijos de este. Desde el principio, Iñaki se ha empeñado en unir a sus cuatro hijos —Miguel, Pablo, Juan e Irene— con Ainhoa y sus dos adolescentes, pero sus intentos han chocado contra una barrera de rechazo. Iñaki ha organizado algunos encuentros entre Ainhoa y sus hijos, como cuando la llevó a un partido de balonmano de su hijo Pablo. El joven, sin embargo, se limitó a saludarla de manera fría y superficial, como si fuera una persona cualquiera. Una postura que se ha repetido en otros encuentros con los hijos de Iñaki. El ex jugador de balonmano tiene claro que sus hijos, al menos de momento, no están dispuestos a aceptar a Ainhoa en sus vidas.
Este patrón de rechazo no solo proviene de los hijos de Iñaki, sino también del entorno más cercano del exduque de Palma. La familia Urdangarin, encabezada por su madre, Claire Liebaert, sigue manteniendo una relación muy estrecha con la infanta Cristina. A pesar del divorcio, Claire trata a la infanta como a una hija más, algo que refleja la lealtad de la familia hacia quien durante años formó parte del núcleo familiar. Cristina, por su parte, sigue teniendo una excelente relación con los hermanos de Iñaki, lo que ha dejado a Ainhoa en una situación de aislamiento dentro de este círculo.
Los hijos de Ainhoa Armentia también son ignorados
Aunque Iñaki ha intentado acercar a Ainhoa a su familia, el vínculo que aún une a los Urdangarin con Cristina es demasiado fuerte. Para ellos, Ainhoa no es más que una extraña, y cualquier intento de integrarla ha sido recibido con indiferencia. La madre de Iñaki, en particular, ha sido clara en su posición, manteniéndose firme en su apoyo a la infanta y evitando cualquier acercamiento significativo con Ainhoa.
Este ambiente hostil no solo afecta a Ainhoa, sino también a sus propios hijos adolescentes, quienes también han sido rechazados por los hijos de Iñaki. A pesar de los esfuerzos de integración, los hijos de Iñaki han dejado claro que no desean conocer ni convivir con los hijos de Ainhoa, creando una dinámica familiar tensa y fragmentada. Los adolescentes, al igual que su madre, han sido objeto de desprecios y desdén, haciendo aún más difícil la posibilidad de una convivencia armoniosa.