Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia están muy enamorados. La pareja ha superado su primer año de amor a pesar de estar siempre en el foco mediático. El exduque de Palma está como un adolescente, son dos tortolitos. Los dos han encontrado el amor tras el fracaso de sus respectivos matrimonios. Antes de conocer al exjugador de balonmano, la abogada ya se había divorciado del padre de sus dos hijos. El padre de Irene, Pablo, Miguel y Juan fue infiel a la infanta Cristina. Ésta se enteró del fin de la relación a través de la prensa. Se publicaron las míticas fotografías en las que Urdangarin paseaba de la mano de Armentia por la playa de Biarritz.
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin presentaban unidad, pero realmente no era así. Los dos eran conocedores de los problemas en su matrimonio, especialmente cuando el exjugador de balonmano entró en prisión por el caso Noós. Juan Carlos salvó a su hija de la caza de brujas, pero hizo pagar a su todavía yerno el castigo para no enturbiar la imagen de la corona.
Ahora el exduque de Palma ha aprovechado la oportunidad del divorcio para vengarse. Iñaki no piensa ponérselo fácil a la infanta Cristina. Una separación donde las cuestiones económicas son las que están retrasando la firma. Supuestamente, según varios periodistas expertos en Casa Real, el exjugador de balonmano pediría 25.000 euros mensuales, una indemnización de dos millones de euros y varias propiedades en la costa francesa a su nombre. Además, pide que se le mantengan sus escoltas, por lo menos durante un tiempo, y quiere que se le paguen todos los viajes relacionados con sus hijos.
Los escoltas de Iñaki Urdangarin cuestan 8.000 euros mensuales
Iñaki Urdangarin quiere beneficiarse de los privilegios de ser el marido de la infanta Cristina sin serlo. El coste de los escoltas de la pareja de Ainhoa Armentia cuesta 8.000 euros mensuales y la ha asumido el Ministerio de Interior. Se supone que este privilegio lo perdería cuando todos sus hijos fuesen mayores de edad y se divorciase de la infanta Cristina. Irene Urdangarin ya tiene 18 años y los escoltas siguen acompañando a su padre.
El pasado fin de semana Iñaki estuvo con Ainhoa en Altea. Un comensal del restaurante La cena 2020 les fotografió mientras mantenían una conversación. Algunas personas que estaban sentadas justo al lado escucharon toda la conversación entre ellos. Por ejemplo, una de ellas argumenta que hablaron de una campanilla de servicio. En primer lugar, la abogada llegó a “fantasear sobre las ventajas que tendría usar una campanilla para llamar a los camareros”. Aunque no se ha desvelado la cifra que pagaron por esta degustación, los comensales pudieron afirmar que Iñaki y Ainhoa estuvieron en todo momento acompañados por dos escoltas. Un privilegio del que solo cuentan los miembros de Casa Real e Iñaki ya no lo es.