Eran pocos los que veían futuro en la relación de Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin, una pareja que emergió en tiempos difíciles. Ya pasó más de un año desde las revolucionarias fotografías que le dieron vuelta a todo el país. Hoy en día se han estabilizado, viven en una propiedad ubicada en un barrio lujoso a las afueras de Vitoria. Y aunque todavía quedan ciertas incógnitas por resolver y la normalidad de su vida sentimental sigue pendiente, no se puede negar lo que es evidente. La novia de Iñaki tiene algo que la infanta Cristina no. Un secreto de cama.
Cuando estalló el escándalo de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia en la crónica social, esta última se divorció y quedó en buenos términos con su exesposo. Sin embargo, no es el caso del exbalonmanista, que no ha terminado de solventar su cuestión sentimental y legal con la infanta Cristina. Eso sí, sin hacer caso de los dramas familiares, la abogada sigue sin pronunciarse y disfruta de su amor con naturalidad. Así pues, su conexión sigue tan fuerte como el primer día. En realidad, cuando están en público no dejan de demostrar lo unidos y enamorados que están.
Dicen que la relación de Iñaki y Cristina de Borbón se enfrió cuando estuvo en la cárcel. No obstante, el yerno de Juan Carlos I siempre fue un seductor, un hombre que se sabía capaz de conquistar a quien quisiera. Pudiendo disfrutar de su ‘soltería’ eligió a la que actualmente es su pareja porque tiene una destreza que su anterior pareja no poseía. Te contamos más.
Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin derrochan pasión, un terreno que la infanta Cristina no supo dominar
En cada una de sus salidas, el que fuera duque de Palma y su novia son pura complicidad y conexión física. Besos fogosos, innumerables gestos de cariño, abrazos y toda clase de espectáculos pasionales. No hay que ser un experto para leer el lenguaje corporal y certificar que ambos están satisfechos.
Resulta que Urdangarin es muy pasional, inclinado a tener relaciones íntimas todo el tiempo. Con la hermana de Felipe VI no podía dar rienda suelta a sus deseos, pues el sexo era un asunto de menor importancia en sus vidas. Doña Cristina, como su madre, es muy religiosa y considera que la intimidad es para concebir hijos. Sus momentos de disfrute eran escasos y fueron reducidos a nada cuando su marido entró en la cárcel. Entre todas las razones que pudieron acabar el matrimonio, esta es una de las que tiene mayor peso.
Con Ainhoa no existen inhibiciones ni vergüenzas. De hecho, el deportista olímpico está más entregado a esta relación, más enamorado que en sus 25 años de matrimonio. Cuando estaba con la hija de los reyes eméritos, su postura era robótica y no exteriorizaba ningún tipo de química sexual. Con su mujer actual, por otra parte, mantiene una distancia mínima. Parecen estar dentro de su propia burbuja.
La historia de la amante se vuelve a repetir. Pero, en esta ocasión, Iñaki Urdangarin encontró en Ainhoa Armentia la mujer que deseaba. La infanta Cristina tendrá que rehacer su vida y evitar cometer los mismos errores. ¿Cuenta regresiva para el divorcio oficial?