Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia consolidan su relación con un nuevo paso. Por fin el exduque de Palma ha llegado a un acuerdo con la infanta Cristina, finalmente la hermana de Felipe ha aceptado sus exigentes peticiones. Su todavía marido culpaba a la corona de todos sus males y quería beneficiarse de su ingreso en prisión. Según él, Juan Carlos le metió en prisión para demostrar a la ciudadanía que la justicia era igual para todos y salvar la imagen de la institución. Se quedó sin trabajo y sin familia. El padre de Pablo, Miguel, Juan e Irene estaba dispuesto a explicarlo todo en un libro biografía que le ofreció escribir una conocida editorial.
El exjugador de balonmano ya ha recibido el primer millón de euros en concepto de indemnización, el otro millón de euros lo recibirá una vez se firme el divorcio. Además, también ha visto incrementado su sueldo, de los 6.000 euros mensuales a los 25.000 euros. Y no solo eso, también ha recibo varias ofertas de trabajo. Por ahora mantiene su escolta, otro de los requisitos. Todo ello financiado por Juan Carlos I, ya que a la infanta Cristina le es prácticamente imposible con sus 400.000 euros anuales de sueldo.
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia han decidido ir poco a poco en su relación, no tenían prisa. Los primeros meses fueron bastante convulsos cuando la prensa les perseguía a todas partes. El exduque llevó su relación con total discreción hasta que fue descubierto. De hecho, ni Cristina era conocedora de ello.
Los nuevos pasos de Iñaki y Ainhoa en su relación
Los dos son divorciados y prefieren ir con pies de plomo. Es difícil unir dos nuevas familias. Por ello no han tenido ninguna prisa, han vivido su historia de amor como dos adolescentes. A los hijos de Ainhoa les ha costado aceptar la presencia de Iñaki, por este motivo se veían los fines de semana que los adolescentes estaban con su padre. Los hijos de Cristina también les ha costado aceptar esta relación, primero porque sentían mucha tristeza por su madre y las formas en las que su padre ha hecho las cosas.
Ahora todo está mucho más tranquilo. Iñaki y Ainhoa ya piensan en irse a vivir juntos a la casa que adquirieron en una lujosa urbanización de Vitoria, incluso en casarse. Las ganas de firmar el divorcio del exduque eran para poder casarse a largo plazo. Su idea es formalizar su relación por si sucede algo. Está muy enamorado. Se habla de boda en 2024.