La relación entre Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia ha estado en el centro de la atención mediática desde que salió a la luz. Pero ahora, cuando la pareja se prepara para celebrar cuatro años de relación y dar un paso más con planes de boda, una nueva sombra se cierne sobre ellos: Ainhoa sospecha que está siendo vigilada, y todo apunta a que detrás estaría la infanta Cristina.

Según fuentes cercanas a la pareja, Ainhoa vive con miedo. Cree firmemente que sus movimientos están siendo documentados y analizados. Y no es una sospecha infundada. Tanto ella como Iñaki sienten que hay personas observando, coches que se repiten en sus trayectos, miradas fijas en lugares donde antes pasaban desapercibidos. Todo les hace pensar que podrían estar siendo espiados por detectives privados, contratados con un único objetivo: proteger los intereses de la Casa Real y, especialmente, los de Cristina de Borbón.

Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia

Se sienten vigilados en Vitoria

La historia entre Iñaki y Cristina quedó oficialmente atrás, pero sus lazos financieros y familiares siguen activos. En un intento por mantener la lealtad de Urdangarin, se le prometió una vida resuelta tras su divorcio de la infanta. A cambio de su silencio sobre el caso Nóos y otras posibles implicaciones de la familia, Iñaki recibió dos millones de euros por un libro que nunca escribió, y un pago mensual de 25.000 euros, según reveló Juan Luis Galiacho.

Este vínculo económico es lo que ha encendido todas las alarmas. Si bien Iñaki ha querido alejarse completamente de los Borbón, su conexión con la familia real sigue siendo demasiado poderosa como para ser ignorada. Y eso, para Ainhoa, es una amenaza constante.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia / GTRES

Sospechan que la infanta Cristina está detrás

Desde su círculo más íntimo aseguran que la presión psicológica que vive Ainhoa es enorme. La idea de estar siendo vigilada por órdenes de la infanta Cristina no la deja dormir tranquila. Cree que no se trata solo de celos, sino de control y prevención: la Casa Real no puede permitirse que ciertos detalles íntimos de su pasado con Iñaki salgan a la luz, sobre todo ahora que su imagen pública está más expuesta que nunca.

Mientras tanto, Urdangarin ha optado por el perfil bajo, lejos de cámaras y declaraciones. Sin embargo, su desconfianza hacia la Corona sigue intacta. Él cree que, pese a haber cumplido condena y renunciado a sus títulos, sigue siendo una pieza incómoda para la monarquía. Por eso ha optado por mantener su vida con Ainhoa fuera del radar, algo que, irónicamente, parece imposible.