Por mucho que los Borbones hagan y deshagan, que paseen su jeta e impunidad por todas partes, que cometan escándalos de faldas, económicos o morales, con especial atención a Juancar, por mucho que se orinen en la boca de los ciudadanos con sus actos, por mucho, en definitiva, que todo el mundo se llene la boca hablando sobre ellos, que todo el mundo escriba ríos de tinta y hable horas y horas en los programas, la guinda del pastel, el análisis imperdible, el toque final, siempre, siempre, siempre, lo tiene que poner Albert Pla. Vale mucho la pena escuchar siempre al cantautor catalán. Mente iluminada, cuando habla dice todavía más cosas (que ya es decir) que cuando canta. Cerebro privilegiado, las galletas con la mano abierta que va soltando sobre lo que pasa a su alrededor son para enmarcar. Y este martes lo ha vuelto a hacer.
Evidentemente, hablando de los Borbones. O de uno muy especial, Juan Carlos, y su minitour, su visita relámpago a las españas, para ir a pasear con velero con sus amigotes y de paso, aunque le lamía un pie, ir a hacer el paripé de visitar a su hijo, el rey Felipe. A menudo, en El matí de Catalunya Ràdio, Albert Pla, en una sección imprescindible, alborota a los oyentes y la propia Laura Rosel con sus comentarios sobre los monarcas españoles, los de ahora y sus antepasados. Y no podía desaprovechar la oportunidad de hablar de la visita que ha hecho el emérito a Sanxenxo. O Sansexo, como lo ha bautizado el mismo cantante. Por qué ha escogido este destino?: ¿"Podría haber vuelto a San Sebastián, sí o no? Ya verás, pon música de 'Narcos'", pide Pla, haciendo referencia a la sintonía de entrada de la serie que hablaba del cártel de Medellín y de Pablo Escobar...
"¿Por qué 'Narcos'?... Ay, ay, ay, ay...", quiere saber la directora y presentadora del programa. Pla le responde: "Porque podría haber vuelto a San Sebastián, o a Sant Pere de Rodes, o a San Vicente... Pero ha vuelto a 'Sansexo'". Rosel: "¿Crees que aquí hay un mensaje, una intención"?. Pla lo tiene claro: "Hombre, el Bribón en Sansexo... apartad a las criaturas", y empieza a nombrar sustancias estupefacientes: "Marih..., coc..., una ray... que estoy loco...". Rosel se remueve en la silla: "Ay, ay, ay, ay", y Pla sigue imitando el sonido de cuando tienes la nariz tapada y te tomas un spray nasal para respirar hondo y sigue hablando de la "ajetreada" vida entre sábanas de Juan Carlos y recordando que "todo lo que hacen los reyes es por voluntad de Dios, y ahora la voluntad le ha traído a Sansexo, realmente, un gran espectáculo real. Allí todo el mundo loco, cogiéndolo por...". Rosel se abona: "Un espectáculo verlo llegar con el avión, ir a comer y cenar con sus amigos, barca arriba, barca abajo, con aquella gorra haciendo la señal de la victoria con los dedos...":
Maravilloso. Tenemos ganas de que devuelva cuanto antes mejor el rey Juan Carlos sólo para que el genial Albert Pla hable y lo deje retratado... ¿Plata o plomo?
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No es la primera vez que Pla escandaliza a Rosel hablando de un Borbón. Lo hace a menudo, probablemente, el día que más se alborotó la periodista fue cuando habló de lo que tienen (o tenían) algunos Borbones entre las piernas, por ejemplo, Fernando VII, conocido como "El Deseado" o "El rey felón", hijo de Carlos IV y María Luisa de Borbón-Parma, rey de los españoles desde 1814 hasta 1833, que tenía, entre otras características, una entrepierna descomunal: "Este la tenía muy grande". ¿"Perdona?", le decía Rosel sin dar crédito a lo que acaba de sentir. Y Pla: "Era enooooorme. Pero no una de decir: 'Hostia, qué guapa, qué grande, mira, me la voy a comer, ¿sabes'?". O cuándo hablaron del bisabuelo del rey Felipe VI, el rey Alfonso XIII. Y Albert Pla lo define con una retahíla de definiciones, a cuál más acertada y sangrante, mientras de fondo sonaba música de peli de miedo: "Era un chuleta y un rancio, un capullo y un fascista integral. Un hipócrita y un cobarde, un cagamandúrries y un impresentable... Un ser execrable". Y Pla, un ser maravilloso.