Existe aún mucho secretismo en torno a la figura de Charlène de Mónaco y su enfermedad. Aun así, el príncipe Alberto ha hablado ahora largo y tendido sobre ello y ha despejado algunas dudas. La cuestión es que Charlène, la princesa consorte monegasca, arrastra aún una infección ORL que sufrió en Sudáfrica y que la tuvo en fuera de juego durante buena parte de 2021. En un viaje al país africano con capital en Johannesburgo y Ciudad del Cabo, Charlène cayó enferma. Se le diagnosticó una enfermedad jodida, como es la ORL, que es una infección que afecta a oídos y nariz. La definen así: "Una infección ORL es una inflamación del oído medio producida por una infección bacteriana o vírica. Desde la nariz o garganta, el agente patógeno alcanza el oído medio a través de la trompa de Eustaquio". Cosa seria.
Pues bien, eso lo sufrió la madre de Gabriela y Jaime de Mónaco, en Sudáfrica. Al no poder coger un avión y descartar por completo un viaje en coche de punta a punta de África para luego coger un crucero y parar en Mónaco, Charlène tuvo que quedarse medio año ingresada en un hospital sudafricano. Cuando se medio recuperó, regresó a su tierra con parada previa en Suiza, donde estuvo tres meses más en un centro hospitalario. Un infierno total, el que Charlène y su marido Alberto vivieron. Muchos hablaron de rumores de separación al no ver a la princesa en ningún evento público. Con la broma, estuvo casi un año en el dique seco.
Ahora, por suerte, Charlène ya acude a la mayoría de los eventos de la Casa de Grimaldi. El Principado está de enhorabuena porque cuenta con todos los efectivos y Alberto lo celebra con unas declaraciones que relajan a los fans de la Casa Real monegasca. "Estoy muy feliz de que su salud haya mejorado y pueda estar presente en muchos eventos", reconoce el príncipe, a la vez que añade que Charlène "está cansada en algunos momentos". "Hay que dejarle todavía tiempo para que se recomponga y para asumir otros compromisos, pero lo hará", cierra.
"Pasé por un momento difícil, pero tuve la suerte de ser apoyada y querida por mi esposo, mis hijos y mi familia, de quienes saco todas mis fuerzas", llegó a aclarar la princesa consorte hace unas semanas al ser también preguntada al respecto de su estado de salud. Un estado de salud que mejora día tras día y que le permite seguir disfrutando de sus hijos, que son mellizos. Alberto, aun y los rumores constantes de ruptura con Charlène -algunos han llegado a decir que Alberto le paga 12 millones de euros a su mujer para que siga con él- también cuida mucho de los mellizitos. Jacques y Gabriella son lindísimos y el mandamás de Mónaco los elogia. Le encantan sus bomboncitos: "Progresan muy rápidos en términos de madurez". Tienen solo 8 años y son unos royals de cajón. Serán también unos grandes príncipes. Larga vida a la monarquía monegasca.