Las paredes de Zarzuela son infranqueables. Hasta los empleados de palacio están obligados a realizar una entrevista previa, se les investiga y se les cachea todos los días a la entrada al recinto. Además, una vez que firman su contrato también aceptan unas cláusulas de confidencialidad. Hay que guardar absoluto silencio, y los teléfonos móviles, así como cualquier otro aparato tecnológico se queda en las taquillas. Sin embargo, algunos trabajadores que han renunciado a su puesto no han dudado en hablar con algunos expertos en Casa Real y han hecho públicos algunos de los secretos más ocultos.
Las infantas Elena y Cristina, incluso Felipe VI, convivieron durante años con María de las Mercedes de Borbón y Orleans, su abuela paterna, que aunque falleció en el año 2.000, no levantó cabeza desde la muerte de su hijo Alfonso a manos de su otro hijo Juan Carlos. Según Pilar Eyre, “era una mujer valiente, moderna, muy estricta en el protocolo y una reina de los pies a la cabeza, aunque no llegara a serlo, pero sobre todo era bondadosa”.
María de las Mercedes pudo haber sido reina, pero no sucedió. Según la periodista hubiese sido una excelente monarca porque tenía sentido de la dignidad y la dinastía. Sin embargo, le concedieron los honores a su hijo, Juan Carlos I.
María de las Mercedes se refugió en el alcohol tras la muerte de su hijo Alfonso
La madre del rey emérito ha soportado un gran sufrimiento desde que perdió a su hijo Alfonso por un disparo accidental de su otro hijo, Juan Carlos, en el cuarto de juegos. Este trágico episodio, que nunca pudo superar, sumió su vida en la oscuridad y la llevó a una profunda depresión. "Al escribir sobre su vida, te das cuenta de que pasó por momentos muy difíciles", comenta Eyre refiriéndose a la abuela de Felipe. "Me emocionó y me costó mucho escribir ese capítulo", confiesa la autora, quien asegura que en ese momento "se hundió". Fue entonces cuando la esposa de Juan de Borbón encontró consuelo en el alcohol, un episodio que siempre trataron de ocultar. "Pensé en omitir esos pasajes, pero finalmente decidí incluirlos, porque eso es lo que se hace en una biografía", afirma Eyre.
Se hizo todo lo posible para que superara esa adicción. "Estaba prohibido comprar alcohol en Villa Giralda... pero al final era inevitable. Se descubrió que las botellas entraban camufladas dentro de libros". Los asesores de Don Juan ayudaron a enfrentar este problema. "Se oyeron voces: este problema hay que atajarlo, no es vicio sino enfermedad", relata el libro. El doctor López Ibor, uno de los consejeros, recomendó su ingreso inmediato.
"Casi no he logrado conocer más detalles. No porque la situación fuera un secreto, sino porque los que la vivieron se cierran en un pacto de silencio hermético e inexpugnable. Nadie ha hablado. Fueron unos meses, incluso años, que quizá todos prefirieron olvidar", aseguró Pilar Eyre. A pesar de las dificultades, la reina Sofía no se separó de su lado en ningún momento.