La reina Sofía celebró el pasado jueves 2 de noviembre su 85 cumpleaños con un almuerzo íntimo en Zarzuela. La emérita no está para muchas fiestas, y es que en esta ocasión está muy preocupada por la salud de su hermana Irene. La octogenaria padece Alzheimer y se encuentra en un estado muy avanzado de la enfermedad. Por otro lado, la mujer de Juan Carlos sabe que tiene una edad delicada y se encuentra en los últimos años de su vida, además, su hijo Felipe le ha invitado a jubilarse tras la jura de la Constitución de Leonor.

Sofía de Grecia tiene un gran sueño que no acaba de materializarse. Desde hace cinco años no reúne a toda su familia al completo. Le hace ilusión poder almorzar con sus ocho nietos. El pasado mes de mayo se lo pidió a sus tres hijos, pero Felipe tuvo que decirle a su madre que no porque Letizia se lo ordenó. Ni tan siquiera lo ha logrado en el cumpleaños de Leonor, cuando se le presentó una oportunidad de oro, ni en el suyo propio. Juan Urdangarin y Victoria Federica ha sido las grandes ausencias.

Congreso de los diputados leonor

La reina Sofía quiere recuperar la unidad familiar 

La emérita tenía muchas ganas de reunir a toda la familia y terminar de una vez por todas con las diferencias que han surgido a lo largo de estos años. Las polémicas de Juan Carlos o de Iñaki Urdangarin han provocado que la familia se rompe totalmente. Existen dos bandos claramente diferenciados, por un lado los reyes con sus hijas, y por otro las infantas con sus respectivos hijos y el emérito. La reina Sofía nunca se ha posicionado a favor de ninguno porque no sería capaz de hacer daño al reinado de su hijo y de su futura nieta.

reina Noor y Sofia

La reina Sofía ha reunido a sus tres hijos en su cumpleaños y les ha pedido que aparquen sus diferencias y Casa Real vuelva a ser la misma de antes. Sin embargo, Felipe le ha comunicado que es imposible. La razón no es otra que Letizia Ortiz. La única culpable de la ruptura familiar. No va a permitir que aparezca ninguna fotografía de todos juntos. El apellido Borbón ya es historia.

La emérita terminó totalmente enfadada y triste con Felipe y Letizia. La octogenaria se encerró de nuevo en su parte de Zarzuela cuando todos se marcharon, su único apoyo, Irene de Grecia.