Cuentan las crónicas sobre la monarquía que Felipe, cuando era príncipe, conoció a Letizia en una cena celebrada en el ático de Pedro Erquicia, amigo del actual rey de España, cuando la asturiana formaba parte del equipo de informativos de Televisión Española. Al parecer, ambos intercambiaron una larga conversación aquella noche, tras la cual terminaron intercambiando los teléfonos. El resto de la historia es conocida por la opinión pública.
La forma en la que Letizia llegó a aquella fiesta la relató el periodista Isidre Cunill. Según su versión, Letizia salió de una lista de “chicas guapas de la tele” que manejaba el director adjunto de ‘Informe Semanal’, al cual se le pidió que invitara a algunas de aquellas mujeres a la fiesta mencionada. Letizia tuvo "muy claro cuál era su meta a perseguir", apuntó Cunill.
Letizia, nombre VIP en la lista de “chicas guapas de la tele”
Este ‘conseguidor’ ya había operado para Felipe. También se había encargado de llevar mujeres a las fiestas que se celebraban en una finca privada que se encuentra a 70 kilómetros de Madrid, en el pantano de San Juan, a donde también acudía Felipe, y que se celebraban de forma clandestina para evitar que se enteraran Juan Carlos I y Sofía.
Del mismo modo, también conocía a Letizia. En el pasado, cuando la actual reina era pareja sentimental de Alonso Guerrero, ya la había invitado a algunas fiestas. Letizia había acudido a ellas durante los nueve años en los que fueron novios antes de casarse. Guerrero era consciente de las escapadas de Letizia a estas fiestas, en las que era habitual ver a personajes poderosos e influyentes, algunos de los cuales eran amigos de Felipe. Y sabía allí pasaba de todo. Le llegó que Letizia podría haber mantenido relaciones al margen de la que ellos tenían. En este sentido, no es un secreto que a Letizia le gustaba disfrutar al máximo de su juventud de forma abierta y liberal.
Pero Alonso no intervenía. Su relación con Letizia, a pesar de la duración en el tiempo, no tuvo un compromiso en firme hasta que se casaron. El matrimonio duró un año y medio, lo que demuestra que en aquella época Letizia no estaba para ataduras. Le iba más hacer la suya sin tener que dar explicaciones.