Uno de los hechos más escandalosos de la vida de Letizia es que se enamoró de Alonso Guerrero cuando tenía 17 años. Ella estudiaba bachillerato y él era su profesor. Seguramente, habría querido ocultarlo cuando empezó su noviazgo con Felipe VI. Pero fue imposible, ya no podía negar que había estado casada. Esta es solo una de las decisiones precipitadas que se conocen de la reina, como ser la supuesta amante de Jaime del Burgo. No podemos evitar notar que mientras Alonso ha tenido encuentros con el rey, Jaime sigue atacando a la Corona. ¿Uno acepta tratos y el otro no?
Al hacerse público el compromiso de Felipe VI y Letizia, la figura de Alonso Guerrero cobró mucha relevancia en la prensa. No buscó hacer declaraciones o aprovecharse de la fama momentánea, como hace actualmente Jaime del Burgo. Ya había pasado un tiempo desde su divorcio, vivía en un piso junto a su segunda mujer. Al principio, se mostró discreto y con el tiempo dejó caer que definitivamente no iba a revelar nada. “Solo escribo sobre lo que me apetece. No voy a meterme en ese asunto (hablar de su ex). No por nada, sino porque no me inspira”, le dijo a El Mundo.
Poco importa que Alonso dijera que no, en las últimas décadas igualmente ha recibido ofertas millonarias para hablar de Doña Letizia. En lugar de aceptar, se le ha visto en varias oportunidades manteniendo un vínculo amistoso con los reyes. La Casa Real asegura no haberle pagado, aunque se presume que hubo un pacto discreto y ventajoso. El profesor sigue conservando su vida anónima, su estatus y hasta volvió a trabajar en el colegio donde conoció a su exmujer. A quien no logran contentar es a Jaime.
Jaime del Burgo no se deja comprar como Alonso Guerrero, quiere hundir a Felipe VI y Letizia
Del Burgo, a diferencia de Guerrero, es una amenaza para la Corona. Tiene mucha información de adentro, especialmente de la pareja real. Hasta los momentos, demuestra no tener filtro ni miedo a la hora de empezar esta batalla. No acepta las ofertas millonarias que presuntamente le están haciendo para retirar sus declaraciones y eliminar las pruebas. Dijo que tiene fotos, vídeos y textos que podrían demostrar su affaire con Letizia. Lo guarda todo en una caja fuerte que el CNI intentó robar, según contó. Su objetivo, al parecer, no es dinero. Lo que quiere es venganza.
“Están enviando a gente a Jaime para que se baje de la moto y no saque nada más. Vive en Inglaterra y no puede pasarle nada porque entonces todos los ojos se volverían a Zarzuela”, decía Joana Morillas. Asimismo, aseguraba que las imágenes que tiene el navarro y que puedan comprometer a la reina no podrá mostrarlas sin más. Aquellas tomadas en ámbitos íntimos no salen a la luz sin el consentimiento de la asturiana. Sea como sea, acaba perjudicada si hay otras informaciones o maneras de validar lo que el abogado tenga que contar.
El panorama se complica, Felipe VI y Letizia no tuvieron que presionar a Alonso Guerrero y con Jaime del Burgo es más grave. ¿Quién ganará?