Bárbara Rey calla cuándo le preguntan si tiene cintas comprometedoras sobre ella y Juan Carlos. Durante años se ha especulado que la vedette habría recibido unas sumas importantes de dinero por su silencio. A Corinna le traen sin cuidado las presiones y sus conversaciones con Vilallonga o Villarejo han salido a la luz. Son dos de las muchas amantes o supuestas amantes que se le atribuyen al rey emérito. Los otros nombres de la lista incluyen aristócratas o gente de alta sociedad. Pero también mujeres que han quedado en el olvido y se llevarán a la tumba su relación con el padre de Felipe. Ser amante de un rey no tiene que ser fácil, con toda la retahíla de intrigas monárquicas que puede comportar.

Diez Minutos

Alexandra Elena Mozarowsky Ruiz de Frías, conocida artísticamente como Sandra Mozarovsky fue una joven actriz española que protagonizó una veintena de películas del "destape" y que murió trágicamente a los 18 años después de caer de la terraza de su casa. Hija de un diplomático ruso y madre española, después de la muerte de Franco participó en películas pseudo-eróticas como El hombre de los hongos, Abortar en Londres o Hasta que el matrimonio nos separe, a la vez que caía en el consumo de drogas y hacía de "chica de alterne" en un club de Madrid.

Después de su muerte, a priori, un suicidio, fueron muchos los rumores y especulaciones sobre un supuesto romance con Juan Carlos. Ahora, quien la recuerda en una novela es la escritora Clara Usón. En El asesino tímido, ficciona la vida de la actriz y pone negro sobre blanco la posibilidad de que Mozarowsky no hubiera querido acabar con su vida. La autora también habla de cómo se ha ido hundiendo la imagen del rey con el paso de los años. O mejor dicho, el aspecto de Juan Carlos que se nos vendía era el del retrato de Dorian Grey.

En una entrevista en eldiario.es, Usón reconoce que "El franquismo era algo tan horrible, tan triste y tan pobre, que ya solo quitar los retratos de Franco por ese rey tan joven y apuesto nos pareció la promesa de que ya éramos demócratas. Y hemos vivido esa ficción mucho tiempo. Con el rey hicieron algo parecido a lo que hacían con Franco. Hubo ese pacto en los medios de presentarlo siempre con un Photoshop extremo". Un maquillaje monárquico que con el tiempo, sin embargo, ha desaparecido y ha destapado su verdadero aspecto: "de pronto nos han enseñado el cuadro con el verdadero rostro y nos hemos quedado pasmados. Ahora a las amantes del rey sí las conocemos. E incluso hablan con la prensa y provocan escándalos políticos".

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Para la autora, la trama "fascinante" de esta mujer muy joven que supuestamente tiene una relación con el rey y muere en extrañas circunstancias le sirve como metáfora de la transición. Y en pleno huracán Corinna, la gente ya no está dispuesta a pasar por alto, o incluso aplaudir, la incontinencia braguetera del rey emérito: "hubo una época en la que incluso se hacían chascarrillos con sus amantes. Nos parecía bien que las tuviera. Formaba parte de su campechanía. Era un 'machote'. Nos gustaba mucho tener un rey que fuera un conquistador. Y eso reflejaba la ideología de la sociedad del momento, que era tremendamente machista".

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Para la escritora, darle impunidad a Juan Carlos, y que nadie conocería sus actividades, "le dio una cancha… Pero si la monarquía ahora está en peligro es únicamente por los actos del rey". Hablando de peligro, Usón asegura no haber recibido ningún imput por parte de la Casa Real, pero dice que tuvo mucho cuidado a la hora de escribir la novela: "Tenía un poco de miedo porque cuando lo publiqué todavía metían a la gente en la cárcel por supuestas injurias al rey".