Aunque su nombre es Roswicha Bertasha, todos la conocen artísticamente como Nadiuska. Una de las divas del destape más importantes de la época de la transición que logró destacar en aquella época por su carácter transgresor y rebelde.

Nacida en Alemania en 1952 aunque su padre era polaco y su madre rusa, aterrizaba en Barcelona con apenas veinte años con el fin de trabajar como modelo, pero la cámara la quería y, en cuestión de meses, la industria del cine le dio la bienvenida de la mano del mundo del erotismo y del destape bajo el nombre por el que hoy la conocemos, el de Nadiuska.

A pesar de que logró convertirse en uno de los rostros más taquilleros de entonces, su primera gran polémica surgió cuando apareció desnuda en la revista 'Fotogramas' en el año 1976. Un número que supuso todo un escándalo hasta el punto de que fue censurado y retirado de todos los quioscos.

Nadiuska

Años más tarde, Nadiuska también apareció en las extintas revistas 'Interviú' o 'Playboy', mostrándole al mundo su belleza natural y sus encantos.

Pero las sombras llegaron a su vida cuando, en el año 2001, le diagnosticaron esquizofrenia, coincidiendo esta patología con su declive artístico y sus posteriores problemas económicos. La alemana terminó ingresando durante casi tres años en el Hospital Psiquiátrico Alonso Vega de Madrid.

Poco después, se mudó a un pequeño estudio ubicado en el centro de la capital. Ella contaba a su círculo más íntimo que fue pareja del Rey Juan Carlos, y que si tapaba sus ventanas con las sábanas era precisamente porque quería que nadie se percatase de la presencia del monarca.

Nadiuska, completamente sola en el psiquiátrico 

Desde hace algunos años que pasa sus días (y noches) en las Hermanas Hospitalarias, Complejo Asistencial Benito Menni, ubicado en la localidad de Ciempozuelos (Madrid). Se trata de un centro especializado en salud mental que alberga a cientos de pacientes que, como ella, necesitan ayuda y cuidados permanentes.

Este medio ha estado presente allí y ha podido hablar con compañeras y cuidadores del citado centro, quienes han asegurado que, aunque Nadiuska antes paseaba semanalmente por el municipio y sí recibía la visita de algunos amigos, poco o nada queda ya de aquello: "ya no recibe visitas y apenas sale del centro", aseguran, haciendo hincapié, con cierta prudencia, en que su declive a sus 71 años "es una realidad".

Nadiuska interviu