Letizia preparó el día grande de Leonor a conciencia. La reina quiere tener todo bajo control, pero en esta ocasión muchas cosas se escaparon de sus manos. La princesa ha cumplido la mayoría de edad y afronta una nueva etapa en la corona, ella misma empieza a tomar sus propias decisiones y a mostrar su identidad. Además, la reina consiguió apartar a los Borbón de la jura de la Constitución, pero por consecuencia también a sus padres, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz.
Llegó la noche, donde se celebró el día más importante para Leonor. Letizia y Felipe le organizaron una fiesta privada, discreta e íntima. Solo acudieron familiares y amigos íntimos. Los reyes enviaron invitaciones a los Borbón, a los Ortiz Rocasolano y a los De Grecia. La gran mayoría aceptaron la invitación y se presentaron en ese día clave para la monarquía española. Letizia dio un paso al frente e invitó a los Borbón. Hacía años que no se reunían todos, una década concretamente. Sin embargo, prohibió el uso de teléfonos móviles y fotografías de Casa Real para que la imagen de la princesa no quedase tocada.
Ana Togores y Jesús Ortiz, los arrinconados del cumpleaños de Leonor
También acudieron los Ortiz Rocasolano, aunque estos no se dejaron ver ni a la entrada, ni a la salida. Absoluto secretismo. No obstante, según varios medios de comunicación asistieron Paloma Rocasolano con Marcus Brandler, Jesús Ortiz con Ana Togores y Telma Ortiz con Robin. La reina estuvo todo el rato al lado de sus hijas y de su familia. Especialmente de la matriarca, el motor de su vida y su principal apoyo.
Una vez más, los presentes notaron una gran diferencia en el trato entre Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz. Con su padre no hay una cercanía tan directa ni mucho menos complicidad. Mucho menos con Ana Togores. La relación entre padre e hija llegó cuando el periodista se enamoró de su compañera de trabajo y mantuvo una relación con ella hasta casarse unos meses antes que su hija. La joven tiene la misma edad que Letizia. Esto es lo que ha hecho que ambos rompan su relación. Aunque siempre mantiene las formas y la saluda de forma cordial, no hay conexión. En todas las fotografías familiares siempre queda relegada a un segundo plano. Ella siempre se aparta. Una vez más sufrió el desprecio de su hijastra y de sus nietastras. Solo, arrinconada. Paloma Rocasolano también le puso mala cara. Todo lo contrario que Marcus Brandler, perfectamente integrado en la familia.