Ya hace unas semanas que vimos la portada más explosiva de los últimos tiempos en una revista: la exclusiva descomunal de la revista Lecturas, mostrando a Iñaki Urdangarin paseando tan tranquilo de la mano de una rubia, una mujer que no era su mujer, la infanta Cristina, al lado de una playa del País Vasco. Unas fotos que significaron un descalabro histórico en Zarzuela, la constatación de la humillación pública que el todavía marido de la hermana del rey Felipe provocó en la infanta.
Desde que se destapó la caja de los truenos, la vida del matrimonio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ha vivido momentos a cuál peor para la hija de Juan Carlos. Imágenes sola y abatida en el aeropuerto, con una maleta, cara triste y el anillo de casada todavía puesto, certezas de que la cosa no funcionaba entre ellos dos desde hacía tiempo, promesas que no habrá reconciliación posible y peticiones rotundas del emérito de que a su todavía yerno nadie de casa real le dé ni un duro. Mientras tanto, Urdangarin, que ya es libre del todo, se da besos con Ainhoa Armentia, la otra, en las clases de yoga y va al Palau Blaugrana a ver jugar a su hijo Pablo y sonreír orgulloso en un homenaje a estrellas del balonmano azulgrana, y aquí no ha pasado nada. ¿Pero, y Cristina?
Su mujer, la cornuda, continúa indignada por cómo han ido las cosas en su matrimonio y por la puñalada trapera que le ha clavado Iñaki Urdangarin delante de los ojos de todo el mundo. Este fin de semana, sin embargo, si Cristina pensaba empezar a sacar cabeza, no habrá sido el mejor para reponerse. ¿Por qué? Porque el pasado sábado día 5 de marzo vivió un aniversario indirecto que le habrá removido el estómago. Tal como explica el portal Jaleos, "El 5 de marzo de 2021, el entonces marido de la infanta Cristina acudía a su primer proyecto laboral tras pasado dos años y medio la cárcel de Brieva. Seis grados centígrados marcaba el termómetro a las 8:20 horas de la mañana del 5 de marzo de 2021 en Vitoria-Gasteiz. Medios de comunicación especializados en todos los ámbitos se agolpaban en el número 13 de la Plaza de los Fueros, a las puertas del bufete Imaz & Asociados, para cubrir e informar del primer día de trabajo de Iñaki Urdangarin tras dos años y medio en la cárcel de Brieva".
Nadie podía sospechar que aquel día empezaría el declive de su matrimonio. Porque el día que pisó la asesoría por primera vez, fue el día que la vida íntima de la infanta Cristina sufriría una sacudida irreversible. Porque aquel fue el primer día que Urdangarin y Ainhoa Armentia se vieron y se conocieron. Quién sabe si la llama fue un amor a primera vista que estalló aquel 5 de marzo de hace un año, pero lo que es seguro es que el primer aniversario de aquel encuentro no habrá hecho pasar un buen día a Cristina. Como dice el citado medio: "Resulta difícil fechar exactamente el origen de la relación sentimental entre Iñaki Urdangarin y la analista contable Ainhoa Armentia. Como compañeros de trabajo en el bufete, se supo que la conexión entre ellos surgió tras los muros de la asesoría vitoriana, aunque pronto harían planes fuera de ella".
No sabemos si Iñaki y Ainhoa habrán comido un pastelito y habrán soplado una vela. La que quiere soplar muy fuerte es la infanta Cristina para hacer desaparecer cualquier rastro de su matrimonio fallido con Iñaki Urdangarin.