Leonor, acompañada de su hermana y sus padres, ha entregado nuevamente los premios de la Fundación Princesa de Girona que preside. Antes, gritos de "Muera el Borbón" e "Independencia", fotos quemadas a la llegada al acto y su papi Felipe haciendo de trilero, obviando a Catalunya, pero hablando de unidad.
Curioso, sin embargo, que en el diario El Mundo hablan de un "ambiente mucho más tranquilo que en su debut en 2019, cuando decenas de manifestantes increparon a los premiados y protestaron contra la Monarquía". El medio también se hace eco de las palabras de la princesa. En el fondo y en la forma. No sólo por lo que dijo, sino por cómo, en catalán, cuando menos, una parte, que sonaba así:
Escriben que "En su debut en 2019, Doña Leonor sorprendió por su perfecto manejo del catalán en su discurso. Este año, la Princesa lo volvió a utilizar con soltura y hasta la mitad de sus palabras, cuando cambió al castellano".
Leer eso ha hecho pasar vergüenza ajena a Antonio Baños, que ha definido este masaje mediático con sólo una palabra, nueve letras contundentes:
De esto, en España, van sobrados.