Las fiestas navideñas que están a punto de empezar están entre las más convulsas que se han vivido en la casa real en los últimos 20 años. El escándalo que relaciona a la reina Letizia con su ex cuñado Jaime del Burgo, ex marido de Telma Ortiz, ha generado una de las mayores crisis que se recuerdan en la monarquía. Y todo apunta a un final como el del rosario de la Aurora, como el apocalíptico que se vivió hace un tiempo entre la infanta Elena y la reina Letizia.
No es ningún secreto que Letizia nunca fue bien vista en la Zarzuela. La ex de Televisión Española entró con mal pie en la familia real. Nadie consideraba que pudiera ser una buena reina. Sobre todo los eméritos Juan Carlos I y Sofía, que no veían a Letizia como nada más que una nieta de un taxista plebeya y divorciada.
La infanta Elena nunca vio con buenos ojos a la reina Letizia
Pero Letizia no escondió la cabeza. Todo lo contrario. Aguantó burlas y desprecios, mientras apuntaba en una lista negra a toda aquella persona que intentaba hacerle la vida imposible. Y cuando pudo, trazó su venganza, alejando a toda aquella persona que consideraba que no aportaba nada positivo a la monarquía.
Una de ellas fue la infanta Elena, que nunca aceptó que su hermano se casara con una persona que no pertenecía a la aristocracia. Porque Elena no se casó por amor, pero al menos lo hizo con un noble.
Una Elena a la que Letizia siempre ha intentado evitar, sentándose lejos de ella en las comidas familiares o apartándose de la foto cuando aparecía la infanta. Pero con la que no pudo evitar un enfrentamiento en una cena familiar navideña.
La guerra estalla entre la infanta Elena y la reina Letizia
Elena, siempre fiel a su padre, echó en cara a los reyes el trato que se le estaba dando a Juan Carlos I cuando le obligaron a abdicar y Felipe renunció a su herencia. Y no solo eso. También recordó el desprecio que se había mostrado siempre hacia Froilán y Victoria Federica, que nunca han estado bien considerados dentro de la corona a raíz de sus polémicas relacionadas con fiestas hasta altas horas de la madrugada, desalojos, peleas con arma blanca e innumerables episodios escandalosos. Letizia siempre los vio como una mala influencia. Y por eso limitó los encuentros y las relaciones de la princesa Leonor y la infanta Sofía con sus primos.
Aquella cena de Navidad en Zarzuela, en la que Letizia llevó a llamar mala madre a Elena por la educación que había inculcado a sus hijos, acabó peor que mal, con gritos entre las dos cuñadas, y la ruptura de la relación entre ambas para siempre. Incluso las tuvieron que separar para que la pelea no se fuera de madre.