Muchos se ha hablado de la mala relación entre la Reina Letizia y sus suegros, Juan Carlos I y Sofía. Básicamente porque Felipe VI se casó con una plebeya, sus padres se lo prohibieron, pero el entonces príncipe no estaba dispuesto a sacrificar otra relación ni a estar con alguien a quien no amaba, como les pasó a sus progenitores. Sin embargo, poco se ha hablado de la relación del emérito con los padres de la emérita.
Federica de Grecia intentó fomentar el turismo en su país, y con esa excusa quiso encontrar parejas a sus tres hijos, Constantino, Irene y Sofía. Sin embargo, la reina y el rey emérito no se conocieron hasta un tiempo después. Se miraron con buenos ojos en 1961, en la boda de los duques de Kent. Antes, la madre de Felipe estaba enamorada de otro hombre, pero no fue correspondido. La intención de Federica era casar a su hija con Harald de Noruega.
No le hizo mucha gracia que el futuro marido de su hija fuese Juan Carlos, no obstante activó un plan B. Era una forma de conseguir que Grecia fuese incluida en el Plan Marshall. Por ello organizó unas vacaciones con los condes de Barcelona en Corfú. Fue precisamente en Mon Repos donde el emérito se declaró a su mujer, pero no se libró de su suegra.
Se dice que la reina Federica era una persona de armas tomar, difícilmente se le podía llevar la contrario, era algo que no le gustaba. Federica se concienció. Su hija no iba a convertirse en la reina de Noruega, así que hizo todos los esfuerzos por convertirla en reina de España, aunque tuvo que ganarse a los condes de Barcelona y a los monárquicos españoles, que no veían con buenos ojos que su reina fuese extranjera.
Pero la relación entre ellos no fue especialmente buena. Federica era una persona con capacidad para manipular las circunstancias y su entorno a voluntad, Juan Carlos I no se callaba absolutamente nada y no estaba dispuesto a ceder en todo. Cada vez que su suegra le despreciaba por su complicada situación en España, éste le respondía con soltura.
Juan Carlos I y Federica nunca tuvieron una buena relación
Según Pilar Urbano, las discusiones entre yerno y suegra eran constantes. Ella le desprestigiaba llamándole “tenientillo de nada” y Juan Carlos le recordaba que descendía de 17 reyes de España mientras que la dinastía griega sólo tenía un siglo de antigüedad.
“Freddy”, como la llamaba Juan Carlos, se presentaba en numerosas ocasiones en Zarzuela para imponer su criterio, pero algunos de sus consejos no eran bien recibidos por parte del emérito. “Juan nunca ceñirá la corona. Juan es un perdedor», le decía Federica a los príncipes acerca del conde de Barcelona para que el príncipe de Asturias diera un paso al frente y obligara de una vez por todas a su padre a ceder el trono”.
Juan Carlos I ni tan siquiera asistió al funeral de su suegra. Él era el único que sabía de primera mano que Federica había fallecido tras una intervención de cirugía menor. En el momento en el que le comunicaron la fatal noticia, los entonces reyes de España se encontraban en sus vacaciones de invierno, esquiando en Baqueira Beret. Juan Carlos mandó a Sofía a Madrid sin decirle nada y al bajar del avión en el aeropuerto le dieron el pésame. El padre de Felipe VI continúo con sus vacaciones. No obstante, después tuvo que hacerse cargo del entierro.