El legado de la realeza británica ha sido, por siglos, motivo de fascinación y escrutinio público. Sin embargo, en los últimos años, la atención se ha centrado en un par de niños que, paradójicamente, han vivido lejos de los reflectores reales: Archie y Lilibet, hijos de Meghan Markle y el príncipe Harry. La vida de los pequeños Sussex ha estado marcada por la controversia y, recientemente, por la decisión de su madre de mantenerlos alejados de su abuelo, el rey Carlos III, en medio de su batalla contra el cáncer.
Archie, el primogénito, acaba de cumplir cinco años este 6 de mayo. Sin embargo, a pesar de haber nacido en Londres, su infancia ha transcurrido mayormente en Estados Unidos, país al que sus padres se trasladaron en busca de una vida más privada. Lilibet, su hermana menor, pronto cumplirá tres años y también ha sido criada lejos de los palacios y las formalidades de la realeza británica. Los duques de Sussex han expresado en repetidas ocasiones su deseo de brindarles una infancia normal, alejada de los protocolos y las expectativas que rodean a la monarquía.
El veto de Meghan al monarca enfermo
Sin embargo, la enfermedad del monarca ha desencadenado un nuevo capítulo en esta historia familiar. A pesar de los deseos de reconciliación y apoyo mutuo en tiempos difíciles, Meghan Markle ha decidido vetar cualquier encuentro entre sus hijos y su abuelo. Esta decisión ha causado consternación tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, ya que muchos esperaban que la familia se reuniera en este momento crucial para la Corona británica.
Y es que, desde que se mudaron a Estados Unidos en 2020, los viajes de Archie y Lilibet al Reino Unido han sido escasos. Aunque se han presentado oportunidades, como la coronación de su abuelo, la pareja real ha optado por mantenerlos alejados en su hogar en Montecito, California. Incluso cuando el príncipe Harry ha viajado brevemente a su país natal, ha sido sin la compañía de sus hijos, quienes han permanecido en Estados Unidos. Además, pese a que se grabó un video de Archie y Lilibet cantando feliz cumpleaños a su abuelo en noviembre pasado, no ha habido noticias de ningún otro tipo de contacto entre los pequeños Sussex y el resto de los miembros de la Familia Real británica.
Un distanciamiento que genera controversia
Los duques de Sussex, sobre todo Meghan, parecen poco interesados en conectar a sus hijos con sus raíces británicas. Considerando la distancia entre los dos países, no están dispuestos a interrumpir la rutina de los pequeños con viajes transoceánicos. Así, el príncipe Harry regresará solo a Londres este miércoles para conmemorar el décimo aniversario de los Juegos Invictus, mientras que su esposa lo seguirá más tarde en un viaje por Nigeria, donde tampoco se espera la presencia de los niños. A pesar de las críticas y las especulaciones, Meghan Markle y el príncipe Harry continúan con su enfoque en criar a sus hijos lejos de la atención mediática y las expectativas de la realeza. Mientras tanto, el rey Carlos se enfrenta a su batalla contra el cáncer sin el consuelo del reencuentro con sus nietos.