Desde su nacimiento, Archie y Lilibet Diana, los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle, han estado alejados de las tradiciones monárquicas británicas. Criados en California, estos pequeños royals están siguiendo un camino educativo completamente diferente al de sus primos, George, Charlotte y Louis, quienes se ajustan al sistema educativo británico. Aunque comparten lazos de sangre y títulos nobiliarios, sus vidas están marcadas por notables divergencias educativas.
En los Estados Unidos, la educación formal arranca a partir de los dos años en escuelas infantiles, mientras que en el Reino Unido, la educación obligatoria no comienza hasta septiembre, después de que el niño haya cumplido cuatro años. Esta discrepancia temprana en el sistema educativo puede influir en la forma en que los niños británicos y estadounidenses se acostumbran a la estructura de la enseñanza.
¿Colegios públicos o privados? La elección para Archie y Lilibet
Aunque el príncipe Harry recibió educación en escuelas privadas del Reino Unido, como Ludgrove o Eton College, existe la posibilidad de que sus hijos rompan la tradición y opten por colegios públicos en California. En la zona de residencia de los Sussex, existen instituciones de prestigio respaldadas por fondos estatales, como el Montecito Union School, que ha estado proporcionando educación de calidad desde 1830. Este colegio público cuenta con una ratio de 18 alumnos por profesor e incluye especialistas en diversas áreas como arte, música, educación física y tecnología. Además, ofrece clases de lengua española y biblioteca. Desde allí, podrían considerar Cold Springs, otra escuela en la zona. En caso de que los Sussex deseen que sus hijos asistan a un colegio privado, tienen opciones como Laguna Blanca, ubicada en Santa Bárbara y con una historia de 88 años, o Cate School, un internado en la costa de California.
George, Charlotte y Louis de Gales, por su parte, han asistido a instituciones educativas privadas. De hecho, el nieto mayor del rey Carlos, George, se está preparando para tomar exámenes de ingreso en noviembre, que le permitirán acceder a su próximo colegio cuando cumpla trece años. Aunque por el momento no se prevé un cambio de colegio, en instituciones como Eton, donde estudiaron Guillermo y Harry, estos exámenes de admisión se llevan a cabo con tres años de anticipación. También se ha especulado con la posibilidad de que pueda optar por Marlborough College, como hizo su madre.
Educación universitaria a ambos lados del Atlántico
En el Reino Unido, la educación superior tiende a basarse en el desempeño en exámenes de nivel A y en la elección de una universidad. Los exámenes A-levels son una serie de pruebas que los estudiantes del Reino Unido toman al final de su educación secundaria (conocida como sexto formulario o sixth form) y que son específicos para las materias que el estudiante elige estudiar. Por otra parte, en Estados Unidos, la admisión a la universidad se basa en calificaciones de los últimos cuatro años, conocidas como GPA (Grade Point Average), resultados de exámenes de acceso a la universidad y logros personales.
Archie y Lilibet, como miembros de la realeza británica criados en suelo estadounidense, están forjando un nuevo camino educativo que desafía las tradiciones de la monarquía. La mezcla de culturas y sistemas educativos ofrece una perspectiva única sobre su futuro, mientras la educación de los nietos del rey Carlos III se desdobla en dos realidades diferentes.