La familia real está desaparecida, no en combate, sino de vacaciones. Los reyes tienen que coger fuerzas después de trabajar durante un intenso año y, como siempre, han puesto tierra de por medio y se han marchado lejos de la opinión pública con sus hijas después de su paso por Palma. Vacaciones después de las vacaciones.
¿Dónde están? Es un misterio mayor que la capacidad de Juan Carlos para esconder a sus amantes. Después de dejarse ver por Grecia, Croacia o Italia los últimos años, vuelve a ser una incógnita el destino escogido por Felipe, Letizia y las niñas. Con Juan Carlos yendo a los toros y de festín en festín y Sofía sola como la una en Marivent al lado de su hermana, los reyes y sus hijas han cogido el avión real para hacer una bomba de humo, cosa que detesta, por ejemplo Jaime Peñafiel: "las vacaciones son de un secretismo ridículo porque la Familia Real no tiene vida privada aunque si íntima. Los españoles tienen derecho a saber adonde van y donde se encuentran".
Lo que sí se sabe es que se han marchado con un avión con todo lujo de detalles. Perdón, con dos aviones, "no olvidemos que papá y su heredera no deben viajar juntos, en el mismo avión por aquello de garantizar la sucesión. Por lo tanto, es necesario la utilización de dos aviones, dos tripulaciones, seis u ocho escoltas… ¿Quien lo paga?", se pregunta Peñafiel. Y lo que pagan los españoles son dos aviones con todo lujo de detalles. El Airbus A-310 de la flota del 45 Grupo del Ejército del Aire, el Air Force One monárquico en el que viajan el rey y familia, tiene unas comodidades muy superiores a las de cualquier avión de clase turista: 62 plazas de primera clase, amplios pasillos, salas de reunión, paredes de madera, cocina propia, diferentes duchas y dos dormitorios. Quizás dentro de no demasiado la monarquía saldrá en globo después de tantos escándalos. Pero de momento, viaja cómodamente en aviones de lujo.