Asistimos al estreno de una serie muy esperada: "Cristo y Rey", un producto biográfico basado en la vida de la vedette Bárbara Rey. La de Totana, Murcia, ha sido siempre un personaje muy goloso para la prensa rosa. Su belleza y actitud en una época de deshielo moral la convertían en un referente nacional indiscutible. Despertaba pasiones. Por ejemplo, la del que fue su marido durante 8 complicadísimos años, el domador de circo Ángel Cristo. La serie profundiza sobre esta historia en la que hubo de todo, especialmente cosas negativas. Ahora bien, el currículum amoroso de Bárbara no acaba aquí. De hecho hay una relación que interesa mucho más y de la que no ha querido hablar públicamente nunca, más allá de dejar algunas indirectas y de lo que han dicho terceras personas y grabaciones concretas: la que mantuvo con un hombre casado y todo un rey de España: Juan Carlos de Borbón.
La colección de amantes y aventuras reales al margen de Sofía tiene a la actriz como un personaje fundamental. Tanto que los servicios secretos españoles tuvieron que actuar para mantenerla en silencio. Un silencio muy caro: el libro "El jefe de los espías" explicaba que Rey hacía chantaje al rey con cintas de vídeo. Palabras del Borbón, según Emilio Manglano, ex jefe del CESID: "Fui a almorzar con la Parienta, Bárbara Rey. Tuve algún gesto con ella. Le toqué un pecho. Una semana después llamó a Zarzuela diciendo que tiene fotos de eso. Pide 100.000 dólares". El espía: "He dado 25 millones de pesetas a Bárbara Rey. Le daré más. Tenemos que ocuparnos de su contrato en TVE". Más tarde Mario Conde y Javier de la Rosa, amigos íntimos del monarca, ofrecen 24 millones de euros y una residencia en el extranjero. Un romance prohibitivo.
Bárbara Rey, harta, reconoce haber sido amante de Juan Carlos I
Bárbara nunca ha dicho ni mú. Pero todo eso ha acabado. Ha roto el tabú en dos entrevistas, una con Sonsoles Ónega y la otra en Vanity Fair. Esta última empieza fuerte: "Llevan hablando de mí y de esta historia desde hace 200 años. Ahora me echan en cara que yo reconozca que he estado con él, ¡por favor! ¡Si lleváis viviendo de este tema 30 años! No tenéis vergüenza. Os habéis llenado los bolsillos, escrito reportajes, libros, habéis salido en la televisión, y en la radio, hablando y poniendo de vuestra cosecha lo que os de la gana. ¿Y a mí no se me permite contar que yo he tenido una relación con una persona? Pero bueno, ¿de qué vais?” En la serie veremos fragmentos del idilio: confirma que le iba a buscar en moto, que se cortejaron durante 5 años hasta que se casó con Ángel Cristo, y una vez separada reanudaron la relación durante 4 más. Todo acabó cuando Juan Carlos encontró a otra amiga. También desmiente haberlo extorsionado ni cobrado dinero de fondos reservados. Eso sí, apunta a un veto en sentido contrario, cuando no la contrataban en ningún sitio por órdenes de los amigos del Borbón. Mucho jugo.
La vedette no recuerda a Juan Carlos de Borbón con afecto ni nostalgia, desea que no hubiera pasado nunca
Rey también ha desembuchado en Antena 3. Reconoce que se hartó de oír hablar de su relación sin tener ni idea. Y por eso ha acabado con la autocensura. "Sabía que era una relación que no podía tener futuro, es algo que tenía que saber mucha gente que ha estado con él". También que ha estado a menudo en Zarzuela, aunque no siempre para mantener relaciones. La primera vez fue en palacio. Después diversificaron la cosa. Habla de un medallón que le regaló:: "Ponía todos los símbolos del horóscopo. Sabía muchas cosas de mí, sabía que me gusta mucho la astrología". El rey le pidió que nunca lo llevara en público, cosa que no cumplió durante una entrevista en televisión. "Estoy en ese momento mal con él y lo hice para fastidiar". La relación no ha acabado bien. De hecho, "me hubiese gustado que no hubiera ocurrido nunca. No es arrepentimiento, pero no ha sido bueno para mí. Siempre he dicho que repetiría todo igual, pero eso no". Le ha pasado a muchas mujeres, como a Corinna.
¿Será este el comienzo de un nuevo calvario para Juan Carlos? Bárbara parece con ganas de guerra. Ni paz, ni amor.