Otra cosa no, pero celebrar bodorrios es una cosa que se estila mucho entre los Borbones. Bodas a tutiplén, con tropecientos invitados y a menudo, muchos VIPS de la jet set madrileña. Una de estas bodas sonadas fue la de la aristócrata Olivia de Borbón, hija de Francisco de Borbón Escasany, duque de Sevilla, y de la aristócrata alemana Beatriz Wilhelmine Paula Von Hardenberg-Fürstenberg, con el empresario manchego Julián Porras-Figueroa, que después de haberse conocido el verano del 2013, y durante un viaje a la India se prometieron y se dijeron el "Sí, quiero" un año después, el 4 de octubre del 2014. Décimo aniversario que la revista Vanitatis ha recordado, un 'Wedding remember' que ha revelado algún hecho bien curioso del enlace.

Aquí tienen a los novios, y si van pasando imágenes a la derecha, diferentes momentos de aquella velada, con los amigos de él manteándolo, con Agatha Ruiz de la Prada, con la madre del novio.... Una jornada inolvidable en el Palacio de Villlapadierna, situado cerca de la Costa del Sol y con el Mediterráneo a tocar, delante ni más ni menos que 400 invitados de todas partes, "hasta 15 nacionalidades distintas. Su arquitectura, que recuerda al de un palacio toscano, rodeada de exuberante vegetación, obras de arte y piscinas de ensueño, resultó el escenario perfecto". Para los novios y para la interminable lista de celebridades e invitados de la pareja que estuvieron presentes, entre ellos, Cari Lapique, la modelo Eugenia Silva, Alfonso de Borbón, Fiona Ferrer, Marta González, Ana Obregón, Pablo de Hohenlohe y su mujer María del Prado o la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada.

Unos de los momentos más especiales tuvieron lugar cuando hizo acto de presencia la música, por ejemplo, a la hora de entrar en el coctail, cuando un amigo de la parejita, Juan Peña, se levantó y empezó a cantar a capela la canción 'No me lo creo'. "De pronto, las luces se apagaron y todo el mundo se quedó en silencio. Al terminar recibió un aplauso maravilloso y yo me emocioné muchísimo. Otro de los momentos que recuerdo con una emoción increíble fue cuando, en plena ceremonia civil, comenzó a sonar la Salve Rociera, que nos encanta a los dos, interpretada por Davinia y con toda nuestra familia y amigos presentes".

La sorpresa máxima, sin embargo, llegó cuando fue la hora del primer baile de los ya marido y mujer. Y es que la Borbón, a diferencia de otros Borbones de pedigrí como el monarca y el emérito, está hecha toda una rockera... De ahí que la elección para romper el hielo a la hora de bailar ante todo el mundo fuera bastante peculiar, y tenemos que añadir, que de muy buen gusto: "Soy muy rockera y para abrir el baile, en lugar del clásico vals de Strauss, elegimos una canción de Guns N' Roses, ante el estupor de mi padre y la emoción de mis hermanos, que me entendieron perfectamente".

Sonara esta obra de arte o cualquier otra, bravo por ella por escoger Guns N' Roses.