Si hay alguien a quien saca de quicio que se hable más de la cuenta sobre ella o su familia, esta es, sin duda, la reina Letizia. La asturiana no soporta que la familia real se exponga más de lo que es estrictamente necesario por su cargo, que es mucho. Por eso siempre se pone de los nervios en la cuestión del control exhaustivo de lo que hacen sus hijas, mirando que no trascienda ninguna imagen de ellas en el internado de Gales o ahora que la mayor está en la academia militar de Zaragoza. No soporta, por ejemplo, que la princesa Leonor y la infanta Sofía estén demasiado tiempo con sus primos Froilán y Victoria Federica porque justamente considera que son la peor de las influencias, acostumbrados a una vida de postureo, de apariciones públicas, de redes y de influencers, especialmente Vic.
Letizia y Felipe tienen pánico a los comentarios de más que se puedan dejar caer en redes, photocalls... o programas de televisión. No ha gustado nada que la hija de la infanta Elena vaya a parar a El desafío en la próxima edición del concurso de Antena 3 presentado por Roberto Leal. Tienen terror a que la niña pueda hacer el ridículo en alguna de las pruebas o peor todavía, que pueda hacer el ridículo cuando abra la boca. A saber qué le preguntarán y a saber qué explicará. En una institución con tufo de rancio como es la monarquía española, ramplona y antigua (solo hay que ver el hermetismo habitual, la poca naturalidad de sus apariciones públicas o el discurso con aroma a naftalina de Nochebuena por parte de Felipe), cualquier cosa que salga de aquello establecido es vista con muchas reservas.
Y ahora se ha sabido que quizás la sobrina de Felipe no es la única que se deja ver en un programa televisivo. Vanitatis habla de Iñaki Urdangarin. El exduque de Palma y exmarido de la infanta Cristina está deprimido y angustiado por el tema laboral. No encuentra trabajo:"Uno de los mayores dolores de cabeza de Iñaki Urdangarin desde que salió de prisión es su falta de ofertas laborales", dicen. "Necesita tener un trabajo. Por salud mental. Se ha roto en este sentido, está agobiadísimo”, han dicho su amigo y abogado Mario Pascual Vives y otros íntimos... Pero por muy necesitado que esté, le hace pánico decir que 'Sí' a una oferta que le llegó hace unos meses. ¿Cuál?:.. Concursar en un programa. ¿Se imaginan a Iñaki aprendiendo a bailar, a hacer pasteles, a cocinar, a responder preguntas o a hacer pruebas de habilidad? "Ha habido contratos sobre la mesa, contratos con mucho dinero de por medio, para trabajar en un programa blanco para un canal de televisión en el que los famosos aparecen sin tener que hablar de sus vidas".
Así es como venden estos programas, pero todos sabemos que sería un caramelito muy jugoso tenerlo allí y no desperdiciarían la ocasión de hacerle preguntas. Explica el citado medio que un intermediario fue quien le hizo saber la oferta. Entonces, él no quiso saber nada. Pero ahora se lo estaría planteando, pero que ha sido su entorno quien se lo está quitando de la cabeza. Por qué?: porque quiere “desaparecer de la vida pública, ser un ciudadano normal y que la gente se olvide de él. No quiere aparecer en ninguna fotografía”, imaginen a toda pantalla. Según Vanitatis, estaríamos hablando de una "bomba mediática que habría dejado a todo el mundo sorprendido. Os quedaréis boquiabiertos cuando se haga público”, aseguran personas próximas a este proceso.
Por muy blanco que podría haber sido, nada de nada, quiere ser anónimo y es consciente de que lo tiene complicado, pero está en ello”. De momento, Urdangarin se mantiene firme en su decisión... Pero cómo no mejore la cosa desde el punto de vista laboral, quien sabe qué puede pasar. En Zarzuela tiemblan.