Desde su ascenso a la realeza, Letizia ha trabajado incansablemente para proyectar una imagen impecable. Cada aparición pública es cuidadosamente planificada, dedicando horas a seleccionar su vestimenta, maquillaje y peinados. A pesar de haberse sometido a varias cirugías y tratamientos estéticos, hay un problema que persiste y le impide sentirse completamente satisfecha con su apariencia.
Para muchos, ser reina puede parecer una tarea sencilla, pero Letizia sabe que implica mucho más que cumplir con una apretada agenda oficial. Comprendió rápidamente que debía ser perfecta en todos los aspectos. No solo se enfrenta a la prensa nacional, sino también a la internacional, que analiza cada uno de sus looks. Además, su papel va más allá de la representación formal; frecuentemente corrige y guía a Felipe y a sus hijas en público, demostrando sus habilidades como reina consorte.
El aspecto que la reina Letizia no ha conseguido mejorar en 20 años
No obstante, a pesar de los esfuerzos por modernizar y mejorar su estilo, Letizia sigue luchando contra una imagen de mujer fría y rígida. Esta percepción contrasta con la cercanía y apertura que la Casa Real quiere proyectar. La periodista Mabel Galaz lo señaló en una entrevista con Bekia, mencionando que aunque Letizia y Felipe son los principales activos de la monarquía española, su potencial sería mayor si pudieran ser más espontáneos y naturales.
"Está demostrando una cercanía y una calidez que antes no había mostrado. Ha mejorado su profesionalismo, se prepara meticulosamente para cada evento, ha perfeccionado sus idiomas y demuestra un gran interés en todos los temas. Pero le faltaba esa empatía que ahora está tratando de desarrollar", explica Galaz.
Sin embargo, la reina es consciente de que no puede agradar a todos. “Lo tiene más difícil que el resto porque no gusta a los monárquicos tradicionales, y aquellos que no son monárquicos, le agrada menos todavía”, comenta la periodista.
Casa real se gasta miles de euros en mejorar la percepción de la reina Letizia
Letizia sabe que no puede conquistar a todos sus críticos. “Ella misma lo dice: ‘Sé que no le voy a gustar a todo el mundo. No nací sabiendo agradar, como le pasa a Felipe. Estoy trabajando en ello, pero sé que no le voy a gustar a todo el mundo’”, revela Galaz.
En este contexto, la Casa Real ha invertido miles de euros en sesiones de protocolo y asesores para ayudar a Letizia a mejorar su imagen pública. Estos recursos se han destinado a convertirla en una reina en toda regla, pero los resultados no han sido los esperados. A pesar del compromiso y la inversión, la percepción pública de Letizia sigue siendo un desafío considerable para la monarquía.